Es un secreto a voces, pero la consorte ha intentado disimularlo hasta el último momento. Letizia y doña Sofía no se tragan, pero han de pasar un tiempo juntas durante las vacaciones oficiales en Palma de Mallorca para acallar rumores y dar la sensación de que son una familia unida. Sin embargo, parece que la soberana se ha cansado de tanto paripé y ya no se esfuerza en ocultar las ganas que tiene de perder de vista a su suegra. ¿Quieres saber cuál ha sido su último desaire? Sigue leyendo para descubrirlo.
El peor verano de Letizia
> Nunca se ha molestado en ocultar que no le hace ni pizca de gracia tener que pasar parte del verano en Palma de Mallorca. Para Letizia, las vacaciones oficiales de la familia real son una parte odiosa de su trabajo como consorte. No soporta tener que posar constantemente frente a la prensa ni acudir a eventos que, a priori pueden parecer privados, pero en realidad se han ido institucionalizando con el paso del tiempo. Pero, sin duda, lo que más saca de sus casillas a Ortiz es tener que compartir tanto tiempo con su suegra, doña Sofía.
La reina ya ha conseguido quitarse de encima a gran parte de su familia política, que huye de Palma de Mallorca en cuanto ella aterriza en la isla. Sin embargo, doña Sofía es un hueso duro de roer y piensa quedarse plantada en las baleares tanto tiempo como considere necesario. A las dos les toca disimular ante los medios, fingir que lo pasan en grande durante sus paseos y aparentar que la relación entre ellas es completamente cordial. Sin embargo, parece que la consorte se ha cansado de interpretar el mayor papel de su vida y ya no se esfuerza en disfrazar su antipatía por su suegra. Continúa leyendo para descubrir cuál ha sido el último desplante de Ortiz contra la griega.
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Letizia no disimula su antipatía hacia doña Sofía
> Desde el desencuentro en la Catedral de Palma, Letizia ha intentado mantener la compostura y no ha protagonizado ningún nuevo desdén hacia su suegra. Pero ya no aguantaba más. En esta ocasión ha sido mucho más sutil que en la anterior, pero no por ello menos reveladora. Durante la semana que Ortiz estuvo en Palma de Mallorca, se la podía ver con cara de hueso y bastante molesta con la situación. Solo sacaba a relucir su bonita sonrisa cuando algún fotógrafo la apuntaba con su cámara, pero en su último día en Palma de Mallorca se le ha podido ver más feliz que nunca. ¿Por qué? Pues porque se va.
Se trata de unas de las vacaciones oficiales más cortas de los reyes, y Letizia no cabe en sí del gozo que le supone marcharse de la isla y darle puerta a doña Sofía. Así lo ha demostrado durante la recepción de los reyes a las autoridades baleares en el Palacio de la Almudaina. Ortiz se ha mostrado más simpática y feliz de lo habitual, acercándose incluso al público para saludar y dar la mano. De hecho, ha sido ella misma quien ha sugerido a Felipe VI que se aproximen a la multitud para dedicarles unas palabras. Un buen gesto nada habitual en la consorte, que siempre suele comportarse de forma más estricta e inflexible. Este cambio de humor solo puede deberse a que por fin volverá a casa y no tendrá que coincidir con su suegra hasta dentro de un tiempo.
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Letizia, la más estricta de las reinas
> Parece que a Doña Letizia se le ha olvidado su cuna humilde y se ha ido volviendo muy inflexible y estricta con el paso del tiempo. Sobretodo, en lo que a la educación de sus hijas se refiere. La reina no da ni un solo brazo a torcer y las rutinas que ha establecido en Zarzuela deben seguirse con rigurosidad si no quieren que empiecen a volar los cuchillos. Ortiz controla cada aspecto de la vida de Leonor y Sofía.
Esta autoridad exhaustiva no cesa ni siquiera durante las vacaciones oficiales de la familia real. Letizia escoge incluso los atuendos que sus hijas deben vestir en los actos oficiales, aunque tanto Leonor como Sofía han empezado a revelarse. Ya no son unas niñas y no quieren ir vestidas como muñecas de porcelana. Aunque durante el posado oficial en Marivent pudimos ver un sutil cambio de estilo en la princesa, parece que Ortiz ha vuelto a meter mano en su armario. En su último paseo por Palama de Mallorca este año, la heredera al otro español ha vuelto a sorprender con un atuendo infantil que no se corresponde al de una chica que está a punto de cumplir catorce años. Es como si la consorte le costara a sumir que sus hijas se hacen mayores.
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La enfermiza sobreprotección de Letizia
> Ortiz ha pretendido llevar a sus hijas por un camino de algodones. Ha intentado protegerlas demasiado, y este afán por garantizar su bienestar las ha convertido en una especie de niñas burbuja, que apenas saben desenvolverse en el mundo exterior. Letizia ha creado para ellas un universo lleno de facilidades y comodidades que nada tiene que ver con la realidad que más pronto que tarde les tocará asumir. Las hijas de los reyes ya no son unas niñas y dentro de poco tendrán que empezar a cumplir con sus obligaciones como infanta y princesa.
Especialmente Leonor. La primogénita de Felipe VI está destinada a seguir su camino y algún día tendrá que enfrentarse a la enorme responsabilidad de ser la jefa de Estado de España. Aunque su educación académica esté yendo por el buen camino, la enfermiza sobreprotección de Letizia no le permite aprender a manejarse en los actos oficiales a los que acude. La princesa está a punto de cumplir catorce años y todavía está muy verde en cuanto a modales y compostura ante la opinión pública. Ortiz está criando a la princesa menos preparada de su generación.