No está el horno para bollos. Doña Letizia tiene un cabreo monumental tras el último comportamiento de su marido, el rey Felipe. El soberano se ha saltado sus normas y ha batido en duelo a su mujer. La consorte está echando humo por las orejas tras descubrir que el monarca hizo algo que ella le prohibió expresamente. No piensa dejar pasar por alto su desobediencia y de seguro que pondrá cartas en el asunto. ¿Quieres saber qué ha pasado entre ellos? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
La lista negra de Letizia
> Letizia Ortiz entró como un terremoto en la vida de Felipe. Desde que empezaron a salir, la consorte fue limando a su gusto todos los aspectos de la rutina del Borbón, empezando por su grupo de amigos. A la pandilla de la alta sociedad de su majestad le costó bastante asumir que «la nieta de un taxista» empezara a codearse con ellos. Nunca aceptaron en su círculo a doña Letizia, pero el sentimiento era mutuo. La entonces periodista no soportaba a los colegas de su prometido, y así se lo hacía saber con sus comentarios y gestos despectivos, incluso estando delante de ellos.
La tensión era más que evidente en el ambiente, por lo que los amigos del rey optaron por ir desapareciendo y su grupo se redujo a unos pocos supervivientes de Letizia. Con el paso del tiempo, la vida social de Felipe se limitaba a su mujer, sus hijas, y el resto de la familia real. Son pocos los momentos en los que el monarca puede reunirse con los escasos colegas que le quedan. En un ataque de morriña, el soberano ha osado desobedecer a Ortiz y preparó un encuentro con sus más allegados. Lo que empezó siendo una cena informal, se terminó yendo de madre y la consorte está que trina.
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Felipe osa desobedecer a la reina
> Como si fuera un joven de 15 años, el rey tuvo que esperar a que su mujer abandonara el nido para poder pegarse una buena juerga. Letizia viajó de Madrid hasta Oviedo para inaugurar los cursos de verano de la Escuela Internacional de Música. Cabe suponer que se acercó un día antes del evento para aprovechar y ver a su familia antes de empezar sus temidas vacaciones oficiales. De Borbón no dejó pasar la oportunidad de que tenía vía libre y se puso manos a la obra para reunir a toda la pandilla. Así, según ha podido saber Vanitatis, el soberano y cuatro amigos disfrutaron de una deliciosa cena en El Trasgu, uno de los restaurantes más selectos de la Comunidad de Madrid.
El rey hizo alarde de su cercanía y, aún pudiendo reservar una zona exclusiva, prefirió cenar junto a sus amigos en el comedor que aloja a los comensales más corrientes. Después de la cena, que pagaron a medias, llegó la hora de la sobremesa y ni Felipe ni sus colegas escatimaron en rondas de gin tonics. Según los testigos que pudieron ver a su majestad en el selecto restaurante, de Borbón seguía pidiendo copas pasada la una de la madrugada. De seguro que el soberano llegó a casa mucho más contento de lo habitual, y ya no solo por los licores, sino porque por fin había podido reunirse con su grupo de toda la vida. La alegría le durará bien poco.
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El gran enfado de Letizia
> Mientras que don Felipe se recuperaba de la resaca, Letizia se levantaba bien temprano para cumplir con sus compromisos de agenda. No es de extrañar, entonces, que la reina esté echando humo por las orejas del enfado que tiene. Desde que forma parte de la familia real, Ortiz tiene una obsesión con mantener impoluta la imagen de la monarquía. Lo cierto es que no hace ningún bien a la reputación de Casa Real que su máximo representante esté de fiesta mientras que España sigue sin lograr formar un gobierno estable. No es momento de celebraciones.
Además, Letizia pretende vender una idea de familia idílica y prefiere que su marido emplee sus horas de ocio en estar con ella y con sus hijas. Hace tiempo que los reyes no realizan ninguna salida más allá de las marcadas por su agenda. A Ortiz le revienta que Felipe se haya tomado la libertad de desconectar por una noche de sus obligaciones como monarca, mientras ella ha de soportar las 24 horas del día el peso de una corona que no le representa. La reina está harta de la Casa Real y ni siquiera en sus vacaciones podrá librarse de sus deberes como consorte.
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Las vacaciones oficiales, un infierno para Letizia
> Toda la monarquía está a punto de poner rumbo a las Islas Baleares para disfrutar de sus vacaciones en Palma de Mallorca. Sol, playa, paseos en barco, … Lo que para cualquier ciudadano de a pie pueden significar unas semanas de ensueño, para Letizia se convierten en toda una pesadilla. No es ningún secreto que su relación con sus suegros y cuñados está pasando por un momento complicado. Ortiz no soporta tener que pasar tantos días junto a la familia real, y eso que ha hecho todo lo posible para que la mayor parte del tiempo esté sola con su marido y sus hijas. Si pudiera, se quitaría de un plumazo todos los eventos y posados en los que se ve obligada a participar.
Por estos motivos, Letizia no entiende estos días como unas vacaciones, sino como una parte más de su trabajo como reina. La peor parte para ella, seguramente. Teniendo en cuenta esta situación, se rumorea que Ortiz está planeando unas vacaciones alternativas junto a Felipe y sus hijas. La consorte elegiría un destino algo más discreto para poder relajarse de verdad y olvidarse, por un momento, de todos los problemas que le supone formar parte de la familia real.