Doña Letizia está pasando un año complicado. Son varios los frentes que tiene abiertos y no se otea en el horizonte el fin de la tormenta. La reina tiene que lidiar ahora con el descontento de los empleados de Zarzuela. El asunto es muy serio y algunos han decidido ningunear a la reina mirándola a los ojos. Las cosas están cambiando y hay quien no está dispuesto a aguantar más órdenes de doña Letizia. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos a continuación.
El peor momento de la reina
> El 2019 no está resultando un buen año para doña Letizia. Son muchos los frentes que tiene abiertos. A tanto llega el asunto que hace poco se revelaba que la reina había necesitado ayuda psicológica ya que se ve sobrepasada por la convulsa situación que atraviesa. La mayoría está convencida de que es ella la responsable del desmembramiento de la familia real. Creen que la reina no ha parado hasta que ha conseguido su objetivo.
Don Juan Carlos tiene muy claro que Letizia es su mayor enemiga. El rey emérito está convencido de que su nuera forzó la máquina de la abdicación. A partir de ese momento, la suerte cambió para él. De mandar y terciar se vio relegado a un segundo plano cargado de humillaciones. Se le convocaba para actos que, misteriosamente, se desconvocaban con muy pocas horas de antelación. Al final, el rey emérito decidió que prefería pasar el otoño de su vida de pie y no de rodillas. Y anunció su retiro de la vida oficial pública.
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Rebelión en Zarzuela contra Letizia
> En Zarzuela se viven momentos de gran tensión entre algunos empleados y doña Letizia. Los primeros están hartos de la forma de ser tan expeditiva de la reina y han presentado quejas. En algunos casos han optado por dejar el puesto debido al estrés que provoca trabajar con Letizia. No es que la reina sea mala persona, para nada, lo que ocurre es que su carácter es muy difícil de sobrellevar. Aunque ha intentado mejorar, la terapia no ha funcionado. Los hombrecillos grises de palacio han tirado la toalla y don Felipe está desesperado.
Esta espinosa cuestión viene de antiguo. Solo llegar a Zarzuela ya se produjeron los primeros roces. El hecho de que doña Letizia se paseara por palacio libreta en mano no gustó. Y eso que su intención era conocer personalmente a los trabajadores. Sin embargo, la espontaneidad le pasó alguna mala pasada. Como aquel día que hablando con un empleado soltó: “Esto va a cambiar cuando mandemos nosotros”.
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En palacio ningunean a la reina
> Por alguna razón, en Zarzuela no recibieron con los brazos abiertos a doña Letizia. Sin duda, sus primeros años como princesa fueron terribles. Al vacío familiar, se unió el realizado por algunos empleados. Así lo reveló José Carlos Sanjuán Monforte a Vanity Fair: “Muchos trabajadores de Zarzuela no soportan a Letizia. La ningunean y ella lo sabe”. Monforte es una voz autorizada en estas cuestiones ya que trabajó durante diecisiete años en el departamento de protocolo de Casa Real.
Sobre esos días de furia, José Carlos manifestó “Hay ocasiones en las que Letizia me provoca una sensación de orfandad, de que está sola. A veces parece que no tiene apoyo dentro de la Casa del Rey ni en la Casa Real. Cuando sea capaz no solo de ordenar, sino de mandar, las cosas cambiarán. La Princesa modificará la imagen que tenemos de la Institución, pero está aguantando porque sabe que aún no ha llegado su hora”.
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Así se protege Letizia
> Quienes conocen a los reyes aseguran que don Felipe cuida muchísimo a doña Letizia. Está muy pendiente de lo que le ocurre y jamás le suelta la mano. Sin embargo, ella no logra superar las feroces críticas que se producen. Aunque el rey le aconsejó que se limitara al resumen de prensa que cada mañana le hacen llegar, Letizia no puede evitar devorar las lecturas que la tienen como protagonista. En ese sentido, lo pasa fatal. Intenta sortear los baches con una sonrisa en el rostro pero ve como todo se tambalea a su alrededor. Todo esto fomenta su lado más irascible y obsesivo.
Una buena amiga de doña Letizia la definió así: “No es ni fría ni calculadora. Es profesional. Seguramente esos atributos en un hombre no serían tan peyorativos como en una mujer. No diría que es ambiciosa, es perfeccionista, pero no obsesiva. Vive todo lo que hace, es muy emotiva y le tocan las cosas. Se implica en todo al cien por cien”. Los miembros de la familia real no conceden entrevistas. En este sentido, la reina está de acuerdo con la norma. Sabe que tanto hablar como no hacerlo va a jugar en su contra.