Doña Letizia ha vuelto a hacerlo. Otra vez su fuerte carácter ha ocasionado un problema. Y esta vez se trata de un conflicto diplomático. Y es que la reina ha decidido que no quiere juntarse con según quien. Así las cosas, arde Casa Real ante el último envite de doña Letizia. Todo son críticas por su proceder. ¿Qué le pasa a la reina? ¿Qué ha hecho? Te lo contamos todo a continuación.
Una reina poco sociable
> Doña Letizia no se caracteriza por socializar. Está muy cómoda en su burbuja y todo son quejas cuando se trata de juntarse con gente que no es de su agrado. Ya hubo problemas cuando los reyes tenían que viajar a Estados Unidos. Doña Letizia no quería reunirse con Melania Trump. Intentó cambiar la agenda y en Zarzuela le pararon los pies.
Al final, doña Letizia tuvo que claudicar y reunirse con la primera dama estadounidense. Los royals también han sufrido su cuota de desprecio por parte de la reina. Es el caso de la familia real griega, a quien la reina hace de menos a la menor ocasión. Todavía resuenan los ecos de su inasistencia al cincuenta cumpleaños de Pablo de Grecia. Aquello fue carne de titular y generó muchas críticas.
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Letizia provoca un conflicto diplomático
> Doña Letizia sigue fiel a sus principios. Si alguien no es de su agrado, al desván. Es lo que ocurre con los príncipes de Mónaco. Sorprende porque Charlenne Wittstock es de origen plebeyo como nuestra reina. Pero nada, ni por esas. Cuando El príncipe Alberto de Mónaco y la nadadora se casaron, fue masiva la asistencia de miembros de la realeza. Sin embargo, ni rastro de don Felipe y doña Letizia. Al parecer, pesó mucho la negativa de la reina. Parece que no ha superado los comentarios que su look en la boda de Joaquín de Dinamarca y Mary Donaldson levantó. A propósito de la cuestión se produjo una discusión entre Jaime de Marichalar y Henar Ortiz. El entonces duque de Lugo se despachó a gusto contra su cuñada y Henar le contestó.
Alberto y Charlenne de Mónaco siguen sin perdonar el desprecio sufrido por parte de los reyes. En público, si coinciden, se saludan cortésmente pero la procesión va por dentro. Los príncipes no entienden a qué santo vienen los aires que se dan don Felipe y doña Letizia. Es como si quisieran remarcar su superioridad.
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Sucedió en Londres
> Don Felipe y doña Letizia viajaron a Londres. ¿El motivo? Que la reina Isabel II invistiera al rey como Caballero de la Muy Noble Orden de la Jarretera, la máxima distinción que concede la monarquía británica. Llamó poderosamente la atención el look escogido por la reina, firmado por Cherubina, que recuerda en mucho al vestido lucido por Victoria Beckham en la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio.
Según algunos, doña Letizia no es demasiado bien acogida en la corte de los Winsord. Los medios británicos han destacado la frialdad de Kate Middleton para con la esposa de don Felipe. Ni la saludó ni le hizo la reverencia cuando se encontraron en la capilla de San Jorge. Todo lo contrario ocurrió con Máxima de Holanda, con quien la duquesa departió entre risas cómplices demostrando la buena sintonía que las une. Se da la circunstancia de que Kate se lleva muy bien con la archienemiga de Letizia, Marie Chantal Miller, esposa de Pablo de Grecia.
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Cuestión de estilo
> Y mientras doña Letizia no consiguió el aprobado en su segunda visita al Reino Unido, doña Sofía triunfó en su último acto. La reina acudió a la ceremonia y concierto de clausura de la Escuela Superior de Música Reina Sofía y fue recibida entre grandes aplausos. Por su parte, ella correspondió con sonrisas y estrechando manos. Sin duda, la madre de don Felipe allá donde va, triunfa.
Si algo amarga a doña Letizia es la preferencia de una gran parte de la sociedad por su suegra. Por más empeño que pone, la reina no consigue traspasar. En esto mucho ha tenido que ver su manera de ejercer, priorizando lo privado sobre lo institucional. Esa defensa a ultranza de su parcela de intimidad le ha pasado factura y ha hecho que algunos la hayan definido como una reina de ocho a tres. En cambio, doña Sofía, cada vez que acude a algún acto, envía un mensaje clarísimo: “La reina soy yo”.
Pero los problemas para Letizia crecen y llegan incluso al personal de Zarzuela que habría dicho ¡basta! Te lo contamos, a continuación.
El fuerte carácter de Letizia
> Mucho se ha hablado acerca del fuerte carácter de la Reina Letizia. Son muchos los que, siguiendo la estela de Jaime Peñafiel, han especulado con los motivos por los que doña Letizia no despierta la simpatía del pueblo español. Sin embargo, nadie hasta el momento había llegado tan lejos. Ni siquiera se podía imaginar que nuestra reina consorte estuviera teniendo una relación más que complicada con los empleados de Zarzuela. Pero todo hace pensar que sí, al menos por la información que ha publicado un medio de renombre internacional.
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3Elena, Jaime y su extraña luna de miel
> El matrimonio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar estuvo plagado de sombras. Aunque de puertas para afuera jugaban a ser la pareja ideal, la realidad era muy distinta. Durante su luna de miel, los paparazzi que siguieron sus pasos recuerdan que se sorprendieron ante la falta de muestras de cariño entre ambos. Su actitud era fría, distante. Todo indica que la hija mayor de los reyes eméritos no estaba enamorada cuando aceptó la petición de matrimonio de Jaime. Parece que sus ganas de ser madre y la confianza en que el roce hace el cariño, hicieron que se convenciera de que la convivencia funcionaría.
Desde el principio, los roces fueron constantes. Tenían formas de vida opuestas. Elena es de levantarse muy temprano y Jaime de veladas nocturnas. Por otro lado, estaba el tema de salud. Según explicó David Rocasolano en Adiós, princesa, estando él delante en Zarzuela, Marichalar se desplomó en un par de ocasiones. Enseguida intervino el servicio y lo sacaron de allí sin que nadie supiera que había ocurrido.