El adiós a la vida pública de don Juan Carlos da para mucho. Son bastantes las teorías que están circulando sobre los motivos de esta jubilación. Hay quien sostiene que la imagen del rey emérito pesaba como una losa sobre Casa Real y que era necesario borrarlo de la foto. Jaime Peñafiel ahonda en el tema y desvela el papel que han jugado don Felipe y doña Letizia en el adiós de don Juan Carlos. Te lo contamos todo a continuación.
La gran equivocación de don Juan Carlos
> Cuatro años se necesitaron para que don Juan Carlos decidiera abdicar. Estaba convencido de que los juancarlistas le perdonarían los errores y que la tormenta pasaría pronto. Para entonces, el rey estaba muy desconectado de la realidad. Hacía su vida y Zarzuela se había convertido en una oficina que pisaba tres veces por semana. Vivía junto a Corinna y se comportaban como una familia. Además, don Juan Carlos priorizó lo privado sobre la público y ahí empezó a cavar su fosa.
La abdicación fue muy complicada. Don Juan Carlos estaba convencido de que doña Sofía movía los hilos para favorecer a su hijo. El rey también creía que don Felipe y doña Letizia le ponían palitos en las ruedas. Mientras tanto, él se desahogaba con Corinna, que le decía que no abdicara. Amén de expresar que solo buscaban neutralizarle. En cierta forma, no se equivocó esta amiga especial.
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Peñafiel quita la careta a Letizia
> Jaime Peñafiel mantuvo una relación muy estrecha con don Juan Carlos. Era habitual que se pasara por Zarzuela para charlar con los entonces príncipes de España. Por su condición de periodista, Jaime cubrió muchos de los viajes al extranjero de los reyes. Los años trajeron distanciamiento. Posteriormente, cuando doña Letizia entró a formar parte de la familia real, algún resorte saltó en el interior de Peñafiel, que no suele regalarle piropos.
Así se refiere Jaime en LOC al adiós de don Juan Carlos: “Ignoro si se trata de una operación de acoso y derribo. Tal parece. ¿Por parte del hijo? ¿Por parte de la nuera? Sea de quien fuere la culpa, ¿había necesidad de ello? Nadie podía creer que el Consejo de Ministros aprobara un real decreto con el que se despojaba al Rey Juan Carlos de despacho y de secretario. Lo justifican ‘dado que ha decidido dejar de realizar funciones institucionales’. Olvidan que siempre será rey. Les guste o no a Felipe y a Letizia. ¿Le echarán también de Zarzuela?”.
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Malestar por cómo se ha eliminado a Juan Carlos
> Peñafiel no es el único que ha puesto el grito en el cielo ante el hecho consumado de apartar a don Juan Carlos de las obligaciones institucionales. Tanto las infantas Pilar y Margarita, hermanas del rey, están molestas por el proceder de su sobrino. Consideran que era innecesaria esta humillación. De la misma opinión son otros Borbones. Ni los unos ni los otros obvian a doña Letizia, de quien señalan no ha parado hasta desactivar a su suegro.
Cuesta creer que don Juan Carlos haya actuado motu proprio en cuanto a su adiós. Y más si tenemos en cuenta que se resistió a abdicar con todas sus fuerzas. Al final, no pudo aguantar más el pulso y fue derrotado. Don Juan Carlos es de los que creen que los reyes no abdican, mueren en su cama.
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La auténtica realidad de la familia real
> El rey ha escogido a doña Letizia por encima de los suyos. Esto ha provocado distanciamiento con sus padres, hermanas y sobrinos. La reina no quiere compartir ratos de ocio con los Borbones. De hecho, así como los Ortiz-Rocasolano acuden a comer o cenar a casa de los reyes, los Borbón no reciben invitación alguna. Especialmente dolidos están don Juan Carlos y doña Sofía en relación a sus hijas. Creen que don Felipe las está humillando.
Los reyes eméritos consideran que tras el reingreso de la infanta Cristina en la familia debería retirarse el cordón sanitario. Sin embargo, don Felipe y doña Letizia tienen claro que no van a compartir con ella. Los reyes han decidido marcar distancias con todos los que han tenido algún desliz que haya afectado a la Corona. En cuanto a la infanta Elena, ya ha asumido que no hay lugar para ella en Casa Real y se dedica a vivir la vida. Ha pasado página para no sufrir más.
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