Don Juan Carlos y doña Sofía han celebrado cincuenta y siete años de casados. Un aniversario muy diferente a otros. Y es que la pareja es protagonista de una bomba informativa que lo cambia todo. El suyo ha sido un matrimonio complicado, salpicado por las amigas especiales de él. Sufrimiento y lágrimas para ella. Y tres hijos que han sido testigos directos de una malísima relación entre sus padres. ¿Qué han hecho don Juan Carlos y doña Sofía para ser protagonistas? Te lo contamos todo a continuación.
Un aniversario diferente
> Don Juan Carlos y doña Sofía han celebrado su cincuenta y siente aniversario de bodas. Se casaron en Atenas el 14 de mayo de 1952. Los preparativos fueron complicados por las tiranteces familiares. La reina Federica hacía hincapié en que su hija podría haber encontrado mejor partido. No acababa de digerir que Sofía y Harald de Noruega no hubieran llegado a buen puerto. Y ahí estaba aquel príncipe, alto y rubio, que se atrevía a plantarle cara a Federica de Grecia.
Al regreso de la luna de miel, los parlamentarios griegos empezaron a preguntarse qué pasaría con la generosa dote que aprobaron y que la princesa Sofía aportó al matrimonio. Fue ahí donde empezaron los rumores de desavenencias entre una pareja que siempre ha estado en el ojo del huracán. Según algunos, don Juan Carlos flirteó con otras mujeres durante el viaje de bodas. La crisis sentimental pasó de largo y pronto nació la primera hija de la pareja: Elena.
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La bomba informativa de Juan Carlos y Sofía
> Don Juan Carlos y doña Sofía han sorprendido al mundo con un cambio de tercio. Y es que en los últimos tiempos se les ha visto cómplices y divertidos. La pareja ha coincidido en diversos actos mostrando una gran sintonía. Risas y conversaciones en la oreja han sido la tónica de las últimas salidas de los reyes eméritos. Sin duda, algo ha cambiado tras el ochenta cumpleaños de doña Sofía. El rey emérito se negó a asistir y hubo que emplearse a fondo para convencerle.
Las infantas Pilar y Margarita fueron las encargadas de hacer cambiar de parecer a su hermano. Don Juan Carlos no quería asistir porque estaba muy molesto con su mujer y su hijo. Creía que maniobraron en su contra para forzarle a abdicar. Sin duda, un mal trago que pesa como una losa sobre don Juan Carlos. Jamás pensó en ceder la corona a su hijo pero se vio obligado por las circunstancias.
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La luna de miel de los eméritos
> Todo indica que don Juan Carlos y doña Sofía han encontrado el punto justo a su relación. Ya pueden compartir espacio sin peleas ni malas caras. Eso no significa que vayan a ser una pareja al uso. Como dijo la reina en su día, “Somos compañeros de viaje”. Existe un lazo muy fuerte que les ata de por vida: la Corona. Eso está por encima de todo, de ahí que doña Sofía haya aguantado carros y carretas.
Se comenta que don Juan Carlos habría pedido perdón a su esposa por su comportamiento. Esto, unido a otras formas, habría propiciado la luna de miel que vive la pareja. El emérito ha aceptado que su destino está unido al de Sofía y que mejor llevarse bien que mal. Por tanto, ha puesto de su parte para que puedan entenderse. La reina, por su parte, se muestra relajada y encantada con la situación.
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Juan Carlos y Sofía versus Felipe y Letizia
> Don Juan Carlos y doña Sofía están hartos de la hostilidad de Letizia. Personas cercanas a ellos han confirmado que se arrepienten de no haber insistido más a don Felipe para que meditara la decisión de casarse con Letizia. Especialmente arrepentida está la reina emérita, que dio el brazo a torcer llevada por el gran cariño que siente por su hijo. Creyó que la periodista asumiría su nueva vida con profesionalidad. Sin embargo, ha visto que para doña Letizia prima lo personal sobre lo institucional.
Lo cierto es que Zarzuela es un hervidero. Don Juan Carlos y doña Sofía se muestran remisos a acatar las indicaciones de don Felipe. Esto ha hecho que la relación entre ellos se resquebraje. El asunto es preocupante porque doña Sofía jamás había cuestionado las decisiones del rey. Sin embargo, ahora, todo es diferente. Los eméritos están cansados de ser peones que Letizia mueve a su antojo. Lejos de reconsiderar su actitud, la reina actúa con poca generosidad y se reafirma en que está haciendo lo correcto.