Las cosas van de mal peor. Por todos es sabido que los reyes eméritos, Sofía y Juan Carlos, no tienen buena relación con su nuera. Pero lo que no esperaba Letizia es que los padres de Felipe VI iban a protagonizar una venganza de tal envergadura. Algo que pone en jaque para siempre a la monarquía.
Un inicio que hacía presagiar lo peor
> El hecho de que su hijo encontrase el amor definitivo llenó de alegría a don Juan Carlos y doña Sofía. A pesar de que buscaban otro perfil de mujer para desposar al entonces príncipe de Asturias, confiaron al 100% en el criterio de Felipe. Y aunque en sus primeros encuentros privados las cosas fueron rodadas, todo cambió cuando el heredero anunció públicamente su compromiso con la que era presentadora de los Informativos de TVE. El comportamiento autoritario de Letizia Ortiz Rocasolano provocó la ira y el nerviosismo de sus futuros suegros. Aún así, decidieron darle una oportunidad, pensando que el paso del tiempo haría refinar sus modales. Sin embargo, los años solo han traído problemas.
La relación de la ahora Reina con los eméritos es cada vez peor. Ni siquiera el nacimiento de Leonor y Sofía ha conseguido calmar las cosas. Más bien todo lo contrario. Don Juan Carlos y doña Sofía no están de acuerdo con la manera en la que Letizia desarrolla su cargo institucional. Esperaban que siguiera los pasos de su suegra, que durante sus cuatro años de reinado ha sido querida, admirada y respetada por su intachable conducta. Además, de puertas para adentro las cosas son aún peores que de cara al público. Su obsesión por controlar todo lo que ocurre a su alrededor no gusta nada a los eméritos, sobre todo si eso significa no poder disfrutar de sus nietas. Las cosas van en picado y han tocado fondo con un hecho que te contamos a continuación.
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El momento que marca el punto de no retorno
> El posado de la familia real tras la Misa de Pascua en 2018 fue una auténtica hecatombe. El desaire de Letizia y su hija mayor, Leonor, con su abuela las puso en el disparadero. Aquel rifirrafe dejó claro que la relación entre suegra y nuera no tiene arreglo posible. De hecho, aunque desde Zarzuela orquestaron posteriormente estratégicos encuentros, todos esos intentos fueron en vano. Lo suyo está demasiado deteriorado. De hecho, aunque en la Misa de Resurrección de este año el ambiente estuvo más calmado y ambas se esforzaron por aparentar normalidad, la falta de sintonía entre ellas quedó patente nuevamente.
Además, hubo un gesto bastante significativo que denota que las cosas entre Letizia y los Borbones están completamente acabadas. Don Juan Carlos se ausentó por voluntad propia de este acto en el que todos contábamos con su presencia. Sin embargo, su ausencia no pilló del todo por sorpresa. El emérito avisó de sus planes a personas cercanas a él días antes de esta famosa liturgia. «Don Juan Carlos no quiere ir. Lo del año pasado le sentó a cuerno quemado y no quiere aparecer en la foto con la teina Letizia. No quiere ni oír hablar del tema. Ahora sólo quiere descansar y que le dejen tranquilo», aseguraban desde El Español. Lo que se desconocía era que el padre de Felipe VI estaba tramando dar un auténtico zasca a la consorte. En la siguiente página todos los detalles de este movimiento sin precedentes.
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Un inesperado reencuentro
> En plato frío, así han servido los eméritos su venganza contra doña Letizia. Don Juan Carlos y doña Sofía hacen vidas separadas, pero en este caso se han juntado para derriban a su enemiga común. Y es que ya se sabe que la unión hace la fuerza. Así, los que durante cuatro décadas estuvieron al frente del estado español han puesto rumbo a Hannover. En la ciudad alemana tenían un claro objetivo: animar a su nieto Pablo en uno de los días más importantes de su carrera como jugador de balonmano. El joven y su equipo, el TSV Hannover-Burgdorf, jugaban los cuartos de final de la Copa Alemana contra el HSG Wetzlar.
Desde las gradas, y ataviados con la bufanda del conjunto igual que el resto de seguidores, don Juan Carlos y doña Sofía aplaudían orgullosos a su nieto, cuyo futuro como deportista es realmente prometedor. Pero lo más sorprendente de todo es que los eméritos compartieron el encuentro junto a la infanta Elena y la infanta Cristina. Es cierto que la Reina sí se ha dejado ver con su hija menor en alguna ocasión, pero el Rey no. Desde que se destapara el escándalo del caso Nóos, por el que Iñaki Urdangarin cumple condena en Brieva, el emérito se había desvinculado completamente de esa ella. Al menos de manera pública. Pero lo que cabe destacar de este encuentro es un significativo gesto que destapamos a continuación. Algo con lo que dejan a Letizia fuera de juego y enfurecida.
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El derechazo definitivo a Letizia
> Cuando llegó al seno de la familia de los Borbones, Letizia conectó enseguida con sus cuñados Cristina e Iñaki. De hecho, este último jugó un papel importante en el compromiso del entonces príncipe de Asturias ya que fue el encargado de comprar en Barcelona el anillo de pedida de Letizia. Pero la trama de corrupción en la que años más se vieron implicados los entonces duques de Palma hizo que todo saltara por los aires. Perfeccionista hasta el extremo, la asturiana consideró que aquello provocaba un daño irreparable en la corona. Así, rompió toda comunicación posible con ellos.
A Letizia no le gusta nada que su suegra y su cuñada muestren su apoyo delante de todos a doña Cristina. Pero lo que ha pasado hace unas horas provoca en ella un enfado de grandes magnitudes. Don Juan Carlos y doña Sofía no solo se han dejado ver por primera vez con su hija desde que saltara el escándalo. Hay algo peor: han compartido tiempo con Claire Liebaert, la madre de Iñaki Urdangarin. Un gesto que tiñe de negro el viaje de cooperación que la Reina está haciendo en Mozambique. ¿Habrá represalias a su vuelta?