Las espadas están más en alto que nunca entre doña Sofía y doña Letizia. Tras varios años de murmuraciones, la reina se ha quitado la careta para mostrar su verdadero yo. Tiene muy claro lo que quiere y cómo conseguirlo. Llegados a este punto, doña Sofía ha marcado el terreno. Esta guerra ha dejado una serie de víctimas dentro de la familia real. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos todo a continuación.
Letizia, el principio del fin
> Letizia ha conseguido su propósito. Lo tuvo claro desde que llegó a Zarzuela. No se ha movido ni un ápice del plan trazado. Acaparar a don Felipe y despegarlo de su entorno familiar y fraternal. Los primeros en desfilar fueron los amigos del rey. Personas a las que doña Letizia rechazó de plano por considerarlas pijas y ociosas. Demostraba su animadversión a fuerza de malas caras y desplantes. Poco a poco, la gente empezó a borrarse de las salidas en pandilla y todo se derrumbó.
Algunos de los amigos de don Felipe manifestaron a don Juan Carlos su preocupación por la influencia que Letizia tenía sobre él. El monarca expresó entonces que no veía solución porque la periodista había llegado para quedarse y nada podía hacerse para intentar convencer a su hijo de que no era la adecuada. Fue por aquel entonces cuando el rey emérito expresó a los Albertos sobre su nuera: “Es lo peor que ha entrado en la Casa en años”. Tras esto, siguió hablando de que su hijo se había propuesto cargarse la monarquía bien secundado por Letizia.
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Doña Sofía le para los pies a Letizia
> Tras años de desplantes y feos, doña Sofía se ha plantado. No está dispuesta a aguantar más tralla de Letizia. Sobre todo, teniendo en cuenta que no la considera apropiada para el cargo. No está preparada para ser reina consorte puesto que prioriza su vida privada sobre la institucional. Doña Sofía tiene claro que cuando alguien ingresa en una familia real, todo lo anterior es pasado y deben centrarse en la nueva misión que le ha sido encomendada. Es ese concepto de la dignidad real que tan arraigado tiene.
Lo cierto es que Letizia quiere anular a su suegra. De hecho, le gustaría que desapareciera de la agenda real. El problema es que ella no borda su papel y a don Felipe no le queda más remedio que echar mano de su madre. A sus ochenta, doña Sofía está más en forma que nunca. Guapa, rápida de reflejos y con un savoir faire que raya en la excelencia. Ante esto, doña Letizia no puede hacer nada.
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Una familia real desunida
> Letizia ha actuado como detonante de separación en la familia real. Los Borbones nunca han sido muy unidos pero ahora son pura distancia. La infanta Elena no mantiene contacto con su hermano. La distancia entre ellos es mucha. De hecho, esta Semana Santa ha sufrido otra humillación al no dar la salida al Cristo de los Alabarderos. Sin duda, alguien se está encargando de borrarla del mapa real. Todo esto no hace más que fomentar el lado más hostil de la hija mayor de don Juan Carlos y doña Sofía.
La infanta Cristina ha estado en España esta Semana Santa con dos de sus hijos, Juan e Irene. Se dio la circunstancia de que ningún miembro de la familia real estaba allí para recibirla. Doña Sofía estaba en Palma, Elena en Sevilla y su padre en algún lugar por determinar. Sin duda, Cristina vive una situación agridulce, tiene entrada en Zarzuela si se trata de algún acto familiar pero don Felipe y doña Letizia siguen firmes en su propósito, no quieren verla. De hecho, se borraron de la cena de Nochebuena que ofrecen los reyes eméritos para no coincidir con ella. Al día siguiente, sí comieron con don Juan Carlos y doña Sofía. Para entonces, Cristina ya había abandonado Madrid rumbo a casa de su suegra.
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Juan Carlos y Felipe apenas cruzan palabras
> Don Juan Carlos ya ha dejado muy claro que no estará donde esté Letizia, a menos que sea por imposición de su hijo. El resto del tiempo, permanece bien lejos de su nuera. Lo cierto es que la relación con don Felipe tampoco es buena. Tuvieron muchos desencuentros a propósito de las elecciones sentimentales del rey. De hecho, don Felipe llegó a reprochar a su padre que él no era el más indicado para opinar en esas cuestiones dado su comportamiento como marido.
El tema de la abdicación acabó por enfriar las cosas entre don Juan Carlos y don Felipe. El rey emérito considera que su hijo y doña Sofía jugaron fuerte para arrebatarle el trono. La realidad es que ya no estaba para seguir aferrado a la corona. La sucesión era necesaria tras los escándalos y los achaques de salud. Sin embargo, esa circunstancia fue la que remató lo que existía entre padre e hijo. La realidad es que apenas mantienen contacto. Solo así se explican algunas decisiones que ha tomado don Felipe y que jamás se hubiera producido de haber escuchado a su padre.