Aunque el reencuentro entre Letizia y Sofía sigue copando titulares tras volver al escenario en el que su relación cambió para siempre, Jaime Peñafiel ha hecho una inesperada lectura de los acontecimientos. El experto en Casa Real cree que la persona que queda en peor lugar tras el desencuentro no es la mujer de Felipe VI sino otro conocido miembro de la familia.
Una llegada que puso en jaque a la monarquía
> Cuando vimos por primera vez a Letizia Ortiz Rocasolano en la mesa de los Informativos de TVE, no imaginábamos lo que se escondía detrás de aquel amable rostro que nos mantenía al día de todo lo que sucedía por el mundo. Sin embargo, cuando el entonces príncipe Felipe la presentó como su futura esposa nos dimos cuenta de su fuerte carácter. Aquel momento en el que mandó callar al heredero delante de todo mundo fue épico. De hecho, esa historia ha pasado ya a los anales de la historia. Nadie imaginaba que iba a cometer aquella falta de respeto en un día crucial. Especialmente si tenemos en cuenta que tanto la prensa nacional como la internacional tenia sus ojos posados en ella.
Por supuesto, aquel “déjame terminar” escandalizó enormemente a don Juan Carlos y doña Sofía. Y aunque pensaron que con curso intensivo de de Protocolo todo quedaría arreglado, se equivocaban. De hecho, con el paso del tiempo los modales de la periodista no solo no se han refinado sino que han empeorado. Desde que empezó a ir a actos oficiales ha ido haciéndose cada vez más fuerte, imponiendo sus normas y dejando claro que la que manda es ella. Los años también han provocado que la relación con su familia política sea cada vez peor. Descubre a continuación lo que ha provocado que lo suyo con los Borbones traspase el punto de no retorno.
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Guerra abierta entre suegra y nuera
> Tenemos que remontarnos al 2018 para situarnos en el comienzo de la guerra mediática de Letizia con la familia de Felipe VI. Un punto de no retorno que empezó con el desaire que la reina le hizo a su suegra a las puertas de la catedral de Palma. De hecho, ni siquiera las orquestadas escenas de armonía posteriores borraron aquella dantesca imagen que dio la vuelta al mundo. Quedó claro que la reina no soporta a su suegra y que ya ni siquiera se esfuerza por aparentar que sí en público. Aquello para Sofía fue la gota que colmó el vaso. Y es que la emérita lleva mucho tiempo quejándose de que no le permiten pasar tiempo con sus nietas a pesar de vivir en casas contiguas.
«En cierta ocasión y en una reunión familiar, durante una visita a su hermano Constantino y su cuñada Ana María y demás familia griega, doña Sofía se lamentaba que no la dejaban ver a sus nietas. Reconoció que lo estaba pasando muy mal, que no sabía cómo estaban sus nietas. Además, comentó que Paloma Rocasolano está siempre metida en el palacio y que a ella no le permiten ir», revela Jaime Peñafiel en La República. Pero lo más fuerte que publica el veterano periodista te lo contamos a continuación.
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Leonor, en el punto de mira
> A pesar de que Leonor y Sofía apenas aparecen en actos públicos sino que mantienen su vida al margen de su posición social, nadie se ha hecho eco de una gran verdad: aquel Domingo de Resurrección le hizo un flaco favor a la princesa de Asturias. Y es que, aunque todas las críticas fueron para Letizia, su hija mayor tampoco ha salido muy bien parada de todo aquello. Ella fue la otra gran protagonista de ese momento. Cabe recordar que la niña tenía en su hombro la mano de su abuela y se la quitó de malas maneras. Un gesto que Peñafiel ha interpretado de la siguiente manera.
«Quien mas dañada quedó con aquello fue, sin duda alguna, Leonor. Una niña que demostró ser digna hija de su madre, que la está educando a imagen y semejanza. ¡Hasta mira ya igual que mamá!», comienza a decir el experto en Casa Real. «¿A qué venia rechazar violentamente la mano de su abuela cuando ésta la posaba, tan cariñosamente, sobre el hombro de la nieta? No creo que tan mal gesto sea capaz de tenerlo con su abuela materna, Paloma, encargada de sus principescas nietas cuando mamá se ausenta por viajes oficiales», añadía. Peñafiel hace hincapié, además, en otro gesto reciente que también hace tambalear la monarquía.
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El inesperado comportamiento de la infanta Elena
> Parece que los malos modos no son solo cosa de los miembros de la Casa Real sino que es algo que se extiende por toda la familia. Muy sonada ha sido la salida de tono de la infanta Elena con la prensa a su llegada a Sevilla. En la estación de Santa Justa llamó «gentuza” a los fotógrafos que allí la esperaba y calificó su presencia allí de “coñazo”. Un comportamiento que ha sido muy criticado por Peñafiel, que conoce a la hija mayor del emérito muy bien.
“Aunque no se puede comparar con los modos de Letizia hacia su real suegra, Elena ha demostrado ser una grosera y maleducada. Posiblemente, el trato con los caballos se le ha contagiado y cree que a la prensa se le puede tratar como a sus equinos. Aunque pensándolo bien, seguro que a estos… muchísimo mejor. Estoy harto, dolorosamente harto, del casticismo de esta mujer con sus malos modos y sus exabruptos. Siempre echo en falta la presencia de un periodista que le pare los pies y le diga ¡de qué coño vas!”, aseguraba.