La infanta Elena no es una mujer fácil. Tiene un carácter complicado y estalla con frecuencia. De hecho, muchos temen sus arrebatos. Un asunto que queda diluido por su buen hacer en los actos oficiales. Sin embargo, tras su sonrisa, se esconde una mujer dura, a quien mejor no llevar la contraria. Ante esto, se comprenden los choques que ha tenido con doña Letizia. La infanta ha sido protagonista de un bochornoso espectáculo. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos todo a continuación.
Elena y su complicado carácter
> La infanta Elena tiene un carácter muy complicado. Pasa del enfado a la sonrisa con facilidad. En Zarzuela lo saben y de ahí que muchos prefieran no colaborar con ella. En esto tiene mucho parecido con su padre, que cuando se enfada, mejor apartarse. La hija mayor de don Juan Carlos y doña Sofía tiene genio y es tozuda. Incluso en el caso de que todo se haga a su gusto, puede mostrarse contrariada y elevar la voz.
Elena empezó a acudir a la consulta de una psicóloga desde que era una niña. Fue una decisión que tomaron sus padres para reconducir ciertos aspectos de su comportamiento. Ya entonces manifestaba una propensión al enfado que quedaba manifiesta con su tendencia a fruncir el ceño. Todo esto hacía que se encerrara en sí misma. En relación a Cristina y Felipe, se consideraba el patito feo. Culpa de esto la tenían quienes siempre decían palabras bonitas a sus hermanos y con ella pasaban de largo.
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Elena protagoniza un bochornoso espectáculo
> No es la primera vez que la infanta Elena tiene problemas con la prensa. De hecho, estando embarazada, solía taparse la barriga para boicotear el trabajo de los fotógrafos. En otra ocasión, desmontó del caballo para increpar a un fotógrafo: “¡Me puede dejar en paz!”, le espetó. Y, claro, el hombre se fue de allí corriendo ante la ira real.
La infanta Elena ha puesto rumbo a Sevilla junto a su hija. Todo iba bien hasta que al pisar suelo hispalense, Elena descubrió que los periodistas la estaban esperando y mostró su peor versión. Cabizbaja y muy contrariada, les llamó “Gentuza” y calificó su presencia allí de “Coñazo”. Junto a ella, Victoria Federica, que tampoco parecía muy contenta. Sin duda, un comportamiento nada apropiado para un miembro de la familia real. Su estatus hace que acercarse a ellos sea misión imposible. Están rodeados de guardaespaldas que impiden realizar el trabajo de los medios. Por tanto, completamente innecesaria y reprobable la salida de tono de la infanta Elena.
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Elena hace gala de su posición social
> La infanta Elena es muy consciente de su posición social y hace gala de ella con frecuencia. Le gusta marcar las diferencias. Sobre todo, cuando se trata de relaciones que están destinadas a durar en el tiempo. En el caso de Letizia Ortiz, su cuñada no ha dudado en restregarle por la cara sus orígenes humildes. Y no en una ocasión, sino en varias. Al principio, doña Letizia calló y aguantó. Sin embargo, llegó un punto en que no pudo más y plantó cara.
Doña Letizia tiene un carácter fuerte, así las cosas, cuando estalló, le dijo de todo a su cuñada. Al ver que no había forma de entenderse, decidió retirarle la palabra. La infanta ni se inmutó. Para ella no existe más razón que la suya. Y en medio de este ostracismo mutuo estaban cuando estalló un nuevo capítulo de esta guerra de cuñadas.
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Elena insulta a Letizia
> Hace algún tiempo, según explican en Periodista Digital, se produjo un durísimo incidente entre doña Letizia y Elena: “En un encuentro familiar y privado saltaron chispas entre ambas cuando la infanta Elena elevó a Felipe VI sus quejas por su escasa participación en la agenda real. Doña Letizia intervino entonces en la disputa y la cosa se fue de absolutamente de madre”. La cuestión debió irse de madre porque según señala el digital, “Doña Elena -conocida en Palacio por su fuerte carácter solo comparable al de la Reina- montaba en cólera y entre gritos le hacía ver a la Reina que ella procede de «sangre real» ponía encima de la mesa su «posición social», al tiempo que recriminaba a Doña Letizia su prepotencia y más recordando su procedencia”.
Pues bien, ocurrió lo que nadie esperaba, que se perdieran las formas de manera brutal. Parece que la infanta sufrió un ataque de ira y se despachó contra la reina con las siguientes palabras: “Eras no humilde, eras pobre y plebeya… que parece que se te olvida”. Sin duda, durísimo recordatorio sobre sus orígenes el de Elena a Letizia. Sin embargo, esto no ha conseguido el regreso de la infanta a la agenda real. Don Felipe no le perdona los desprecios a su esposa y la tiene en dique seco.