La periodista Chelo García Cortés ha decidido cruzar todos los límites para convertirse en todo un personaje del mundo del corazón. Lo que nunca imaginó es que traspasar la línea roja tenía consigo un peaje que ahora tiene que pagar después de que su mujer haya descubierto su gran montaje.
El difícil momento de Chelo
> La periodista Chelo García-Cortés fue una de las más influyentes del mundo del corazón. Las grandes sagas de este país tenían en ella a una periodista de confianza con la que poder llevar a cabo sus reportajes. Estrellas como Isabel Pantoja o miembros de la aristocracia como Tita Cervera o su hijo Borja confiaban en ella. Chelo vivía a todo tren. Sabía que sus reportajes le iban a reportar ingentes cantidades de dinero. Pero un problema con Hacienda derrumbó todas sus ilusiones y la deuda le amargó la existencia.
En este momento la catalana lucha, contra viento y marea, para poder hacer frente a los pagos mensuales que tiene pactados. Además, según ha podido saber Cotilleo.es, la periodista tiene la nómina embargada para pagar el capital no declarado y la situación es verdaderamente angustiosa. De ahí que su mujer, Marta Roca, haya decidido conceder su primera entrevista en televisión y destapar, casi sin querer, el gran montaje que han tenido que hacer para sobrevivir.
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Unas fotografías muy polémicas
> Fue hace unos días cuando una revista del corazón llevaba en su portada a Chelo García-Cortés en compañía de su mujer, Marta Roca. Unas imágenes obtenidas en la playa de Castelldefells, donde residen, y en las que la periodista y la fotógrafa se dejaban ver en actitud muy cariñosa. Besos, caricias y miradas cómplices bajo un atronador cielo negro que amenazaba tormenta. En la arena de la playa, junto a su pequeña mascota, parecían querer mostrar al mundo que estaban unidas frente a la adversidad. La morfología de las fotos, su calidad y hasta el lenguaje no verbal hacía sospechar de que se trataba de una simulación. Chelo negó tajantemente que hubiera hecho un montaje. Les habían pillado los paparazzi. Sin embargo, pronto se descubrió que el fotógrafo que le había hecho las instantáneas era Gustavo González. Y la venda, como la canción de Miki, cayó.
No obstante, Chelo siguió negando como San Pedro. Estaba convencida de que nadie acabaría desvelando la verdad. Pero se equivocó. En la primera entrevista concedida por su mujer, Marta tiró de la manta y confesó que aquellas fotografías habían sido un montaje: «me avisó dos días antes y me dijo que tenía que ayudarla a hacerle este favor y yo accedí». Pero la sesión fotográfica tuvo muchos problemas.
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La humillación a Marta
> Aunque todos pensaban que la sesión fotográfica era para poder vender un reportaje y reducir la deuda contraída con Hacienda, lo cierto es que las fotografías se hicieron para pagar una deuda que Chelo tenía con Gustavo González. Para ello, la periodista desplegó todas sus artimañas y organizó, de forma muy clara, cómo tenían que ser las fotografías. Este extremo molestó, humilló y entristeció a Marta que no sabía cómo comportarse ante el montaje que estaban protagonizando: «me sentía incómoda porque me decían que la tenía que besar y yo no entendía muy bien el motivo por el que tenía que hacerlo en ese momento cuando me lo decían».
Marta, que parecía vivir en un mundo paralelo, acabó acatando todas las ordenes impuestas y las fotografías salieron a la luz pública, en un montaje histórico protagonizado por una periodista. Pero los problemas de Chelo no terminan aquí. Vive un drama por ocultar a su mujer que está arruinada. Y Marta tiene una grave y difícil depresión.
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La depresión de Marta
> Si algo sorprendió la entrevista de Marta Roca fue para comprobar su cambio físico. La fotógrafa ha perdido mas de 22 kilos en los últimos tiempos. Un deterioro que relaciona directamente con los problemas económicos que atraviesa el matrimonio y de los que ella no era consciente hasta hace cuatro años. Chelo escondió que Hacienda le pisaba los talones y que tenían que deshacerse de todos aquellos bienes inmuebles innecesarios. Le hizo vivir en una mentira que acabó estallándole en la cara: «Hace cuatro años viene a casa y me cuenta la verdad, que tenemos un problema muy grande y que no hay dinero. Yo no supe gestionar la situación y caí en una depresión muy grande. Perdí 22 kilos y no podía salir de casa, ir a la cocina o coger el coche».
El drama de Marta es mayor desde hace algún tiempo, sobre todo por su incapacidad para poder salir de casa cuando el reloj marca el inicio de la tarde: «Por la mañana no me sucede, pero por la tarde tengo la sensación de que me ahogo y no puedo poner un pie en la calle. Ahora llevo cuatro o cinco días en los que he empezado a salir por las tardes», reconocía visiblemente emocionada.
Tanto desbarajuste ha provocado una infinidad de comentarios en las redes sociales donde cuestionan el buenismo de Chelo y hablan acerca de los verdaderos motivos de su ruina: vivir por encima de sus posibilidades.
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Vivir por encima de las posibilidades
> Chelo García-Cortés proyecta una imagen descuidada, muy austera, que le gusta vivir con los pies en la Tierra. Sin embargo, parece que las apariencias engañan. Según ha contado el equipo del programa en el que trabaja, sus problemas económicos (al menos no tener unos ahorros para salir del pozo en el que se encuentra) son debidos a su alto nivel de vida. Durante diez años tuvo alquilada, todo el año, una casa formidable en Ibiza en la que, además, construyó una piscina por más de 20.000 euros, tenía un apartamento en el Barrio de Salamanca de Madrid, conservaba su casa de Castelledefells y, lo que es más brutal, viajaba en businnes durante trayectos tan cortos como Barcelona-Madrid o Madrid-Ibiza.