A pesar de ser una mujer paciente, doña Sofía no puede más. No le gusta nada la incómoda situación que está atravesando. Una nueva rutina a la que no entiende cómo ha podido llegar. Eso sí, tiene claro que detrás de su descontento se encuentra una estrategia de su nuera, la reina Letizia, con la que las cosas van de mal en peor.
El principio de una nueva era
> En junio de 2014 se produjo la histórica proclamación de Felipe VI como jefe de Estado. A partir de ahí, sus padres, doña Sofía y don Juan Carlos, quedaban relegados por voluntad propia a un segundo plano. Tras prácticamente cuatro décadas al frente de la monarquía, cedían todo el protagonismo a su único hijo varón. También a la mujer de este, Letizia Ortiz. Y aunque desde aquel día ellos se convirtieron inmediatamente en reyes eméritos, la realidad es que siguen formando parte de la Casa Real con todo lo que eso conlleva. Es decir, siguen representando de alguna manera a la corona y mantienen su agenda oficial.
A pesar de esto, don Juan Carlos ha optado por alejarse lo máximo posible de los compromisos. Solo acude a algunos actos en los que su presencia es imprescindible. Sin embargo, el resto del tiempo lo invierte en viajes a lo largo y ancho del mapa, reuniones con amigos de los que no ha podido disfrutar tanto como le gustaría…. Ademas, suele dejarse ver en las tardes de toros así como en rutas gastronómicas por algunos de los mejores restaurantes del mundo. El monarca emérito está disfrutando de una jubilación con todas las letras. Sin embargo, el caso de su mujer, es bien distinto. Te lo desgranamos en la siguiente página.
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La extraña modificación de la agenda de doña Sofía
> Doña Sofía es una mujer tremendamente responsable y consciente de su posición. La griega siempre ha tenido claro que desde el momento el que su marido fue nombrado rey y ella consorte, toda su vida estaría destinada al servicio público. Así, aunque ahora toda la responsabilidad recae en su hijo, ella le ha dicho a Felipe que sigue estando disponible las 24 horas del día lo siete días de la semana para presidir cualquier acto oficial. De hecho, en estos años ha tenido una agenda muy activa. Sin embargo, en los últimos doce meses las cosas han cambiado sin esperarlo.
La reina emérita, una palabra que, por cierto, detesta, apenas ha tenido actos desde abril del pasado año hasta este. Exceptuando la última semana, en la que ha ido a tres actos, sus apariciones han sido contadas. Una reducción de su actividad que ha generado un sinfín de comentarios. Pero la realidad es que ella no está nada de acuerdo con esta modificación. Doña Sofía está muy disgustada de que las cosas hayan cambiado de una manera tan radical sin ella pedirlo. Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso de su paciencia. Te contamos su reacción a continuación.
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El confesado descontento de la reina emérita
> La helena se siente en plena forma para seguir activa. Su salud carece de achaques y tiene energía suficiente para seguir representando a la institución siempre que sea necesario. Además, hay temas que tocan su fibra sensible como todo aquello que tenga que ver con la cultura, los animales, la infancia… Temáticas en las que siempre se ha involucrado y ha recibido un gran cariño. Es por eso que doña Sofía cree que detrás de esta nueva situación en la que se encuentra se esconde una estrategia de su nuera. Ha acusado a Letizia Ortiz de manera velada de relegarla a un segundo plano.
«El tiempo dirá si lo de esta semana ha sido excepcional o si estamos ante una autoenmienda de la Casa del Rey que, al fin, decide aprovechar el potencial de la emérita. Ella sufre sintiéndose relegada. Así, poco antes de la entrega en octubre de los Premios Princesa de Asturias en Oviedo, no pudo evitar que trascendiera su queja a un íntimo, al que dijo: no cuentan conmigo para nada», aseguraba en El Mundo el periodista Eduardo Álvarez. A continuación, el momento que ha marcado este punto de inflexión.
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El día que hizo saltar todo por los aires
> No cabe duda de que el mes de abril de 2018 marcó un antes y un después en la historia de los Borbones. El rifirrafe que protagonizaron las dos reinas a las puertas de la catedral de Palma pasará a los anales de la historia. Aquel día Letizia firmó su propia sentencia y catapultó a lo más alto a su suegra. Desde entonces, la opinión pública se deshace en halagos con la emérita y critica sin piedad a la mujer de Felipe VI, cuya ira se desata cada vez que es consciente de esta situación.
Ni siquiera aquellas posteriores escenas de armonía consiguieron calmar las aguas. Más bien el efecto contrario. Todo el mundo se dio cuenta de que Letizia estaba haciendo un paripé para limpiar su imagen. Además, poco a poco fueron saliendo a la luz todos los feos que la reina tiene con la madre de su marido. Por ejemplo, no le deja estar con sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, tanto como les gustaría. Lo que nadie esperaba era que la reina Sofía, harta de la situación, fuera capaz de dar un zasca como el que te contamos a continuación.
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El inesperado movimiento estratégico de doña Sofía
> Es correcta y educada hasta el extremo, pero también es humana. Por eso Sofía se ha cansado del modus operandi de su nuera. Está harta de desplantes y de que Letizia sea amable con ella únicamente de cara a la galería. Así, contra todo pronóstico, y viendo que la tensión entre ellas sigue intacta, la mujer de don Juan Carlos ha dado un golpe sobre la mesa y ha sacado todo su carácter para demostrar que nada ni nadie podrá con ella.
El zasca de doña Sofía ha consistido en presidir un acto lleno de significado: la gala del 50 aniversario del Trofeo Reina Sofía de Vela. Lo llamativo no es la temática del evento sino el lugar en el que se ha celebrado, Palma de Mallorca. Un año después del altercado, la emérita ha regresado a la isla sintiendo más que nunca el cariño del pueblo. Allí ha mostrado su mejor versión y le ha demostrado a Letizia que la gente a quien más quiere, especialmente ahora, es a ella.