De un tiempo a esta parte, Iñaki Urdangarin encadena una noticia tras otra. Todas ellas malas. El que fuera duque de Palma tenía todas sus ilusiones puestas en poder pasar el verano en familia y no en la cárcel de Brieva. Sin embargo, sus planes nuevamente se han visto trastocados. Aunque cuenta los días para disfrutar de un permiso, quizá luego prefiera estar aislado de la realidad.
Un cuento ¿con final feliz?
> Hay que viajar en el tiempo y situarse en 1996 para comenzar a hablar de la historia de amor de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin. La infanta se quedó prendada del jugador de Balonmano cuando se cruzó con él en los Juegos Olímpicos de Atlanta. La química entre ellos fue instantánea. Tanto, que solo un año después decidieron dar el importante paso de casarse. El lugar elegido para hacerlo fue Barcelona, ciudad en la que fijaron su residencia. Fue también en Cataluña donde formaron su numerosa familia. Allí nacieron Juan, Pablo, Miguel e Irene.
En 2011 dejaban atrás vivencias y recuerdos para instalarse el Washington por motivos laborales del duque de Palma. Solo dos años después de aquel retiro americano, su vida daba un giro radical. De manera completamente inesperada, Iñaki Urdangarin era imputado en Nóos; un caso de corrupción que se convertía en la antesala de una auténtica pesadilla. Además, esto arrastraba también por el fango a su mujer. Una situación que generó un enorme revuelo. Era la primera vez que un miembro de la monarquía se veía envuelto en un escándalo de tal envergadura. Pero lo peor estaba por llegar….
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Su peores presagios se hacen realidad
> A la vez que este proceso judicial iba avanzando, el matrimonio se alejaba de la corona. De hecho, Felipe VI decidía revocar el ducado de Palma a su hermana y a su cuñado. La relación fraternal se rompía sin posibilidad de volver atrás. El punto álgido de todo esto se produjo en junio de 2018. Fue entonces cuando el Tribunal Supremo dictaba sentencia: cinco años y diez meses de prisión para Iñaki Urdangarin. Un duro varapalo para él, que defendió hasta el último momento su inocencia.
El marido de la infanta Cristina ingresaba en la cárcel de Brieva. Un centro penitenciario en el que está recibiendo las visitas de su familia, que se niegan a hablar de esta traumática situación. Y aunque lleva unos nueve meses allí encerrado, parece que Urdangarin no soporta más la situación. En decisión conjunta con su abogado, han decidido llevar a cabo una llamativa jugada. Ha presentado un recurso de amparo contra la sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo que emitió su condena. Lo que no imaginaba es lo que se encontraría tras este movimiento…
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El derechazo definitivo de su familia política
> Un rotundo no, esa es la respuesta que ha recibido. «No se aprecia en el recurso la especial trascendencia constitucional que, como condición para su admisión, se requiere”, reza el comunicado. Las ilusiones de Iñaki Urdangarin se han roto en mil pedazos. A pesar de que no deja de intentarlo, no podrá salir de Brieva hasta finales de año. No le queda más remedio que esperar hasta entonces, y es que es en diciembre cuando puede acceder a su primer permiso. Ante esta negativa, no le queda otro remedio que esperar y seguir refugiándose en el deporte y la religión para capear el temporal.
Según revela Pilar Eyre, en este jarro de agua fría también han intervenido de alguna manera el jefe de Estado y su esposa, Letizia Ortiz. «El propósito de Zarzuela es que nadie pueda decir que el cuñado del Rey goza de trato privilegiado. Un castigo doblemente doloroso para Iñaki. Él considera que no ha cometido ningún delito. Cree que está pagando injustamente», aseguraba la periodista en el espacio personal que tiene en Lecturas. Aunque Urdangarin cree que ha tocado fondo con esto, lo cierto es que las cosas se le están complicando más de lo esperado.
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Unos problemas que solo empeoran con el tiempo
> La relación entre Cristina e Iñaki parecía irrompible. Que ella decidiera no separarse tras la imputación dejaba claro que su amor estaba por encima de todo y de todos. La infanta demostró que estaría al lado de su marido en las alegrías y en las penas, que no cogería el camino fácil para quedar bien de cara a la opinión pública. Sin embargo, las cosas han cambiado. No lo esperaban ni ellos ni nadie, pero una crisis parece planear sobre su matrimonio y no pueden hacer nada por evitarlo.
«Nadie habla del sufrimiento de las esposas de los presos por delitos económicos. La situación de la infanta todavía es más dura que la de Urdangarin. Pasar de palacios, reverencias y premios de vela a una prisión, a un vis a vis carcelario de un par horas en una habitación tipo hostal humilde, dos camas, mesita de noche y baño con váter, bidé y ducha, con la libido por los suelos, y sin nada qué decirse es muy difícil de soportar. La falta de contacto enfría los amores más profundos y los amores más sólidos», le decía a Eyre una persona que trabaja en las prisiones. Te adelantamos cuál es la situación a la que se va a enfrentar.
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Máxima alerta ante el momento definitivo
> Cuando en diciembre haga la maleta para disfrutar de su deseadísimo primer permiso penitenciario, quizá Urdangarin lo único que desea es volver a estar encerrado… La llama que mantenía vivo su longevo matrimonio está apagada y no parece que haya posibilidades de volver a encenderse. Así, desde El Nacional apunta a que quizá la infanta Cristina aprovecha esta salida de la cárcel de Brieva para plantearle la idea de su divorcio.
Una suposición nada disparatada si tenemos en cuenta que el pasado mes de noviembre, la hija mediana de los reyes Juan Carlos y Sofía, visitó a un abogado para, según Eyre, comenzar los trámites de este punto y final. Y aunque la noticia fue desmentida, lo cierto es que conviene esperar hasta finales de año para ver los movimientos de doña Cristina, quien podría tener para Iñaki este bombazo como regalo de Navidad. La venganza se sirve en plato frío y ya se sabe que, al fin y al cabo, nunca ha olvidado que su marido le fue infiel.