Doña Sofía ha cumplido con creces las promesas de fidelidad y lealtad que hizo en el momento de contraer matrimonio con don Juan Carlos. Ahí empezó su calvario. La advirtieron pero no quiso escuchar. Con los años, la reina descubrió una triste realidad sobre su marido que siempre ha querido ocultar. Te lo contamos todo a continuación.
El amor según doña Sofía
> Doña Sofía se ha empeñado en mostrar de cara a la galería una imagen de matrimonio unido. La reina ha sorprendido relatando anécdotas de viajes compartidos con don Juan Carlos donde ha llegado a asegurar que ambos hubieran deseado tener más tiempo para perderse unos días los dos solos. Ciertamente, esto contrasta con los deseos del rey, que ya hace mucho pidió que se redujeran al máximo los desplazamientos con su esposa. “Entiendan, es mi esposa, pero ya no estoy enamorado de ella”, expresó entonces.
Cuando doña Sofía ha tenido que interpretar el papel de esposa feliz lo ha hecho. Así resultó cuando contestó a Pilar Urbano (La Reina) sobre los efectos devastadores del paso del tiempo sobre el amor que conducen a la infidelidad: “Lo que mata el amor es el silencio. No sé qué harán otros matrimonios: nosotros hablamos. Hablar es muy importante. Es clave… Hablando se entiende uno, se quitan malentendidos, dudas, sombras…”.
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El gran secreto de Juan Carlos que Sofía conoce
> Doña Sofía nunca ha sido ajena a los escarceos sentimentales de su marido. Los ha sufrido con gran dolor porque el rey jamás se ha ocultado. Especialmente duro para ella fueron las vacaciones de 1990 en Palma de Mallorca. Don Juan Carlos estaba enamoradísimo de Marta Gayá y no dudaba en abandonar Marivent de noche y no precisamente por la puerta. Pronto se conoció su estrategia porque empezó a correr el rumor de que el rey prescindía de los escoltas para encontrarse con la dama del rumor.
De algunas relaciones de don Juan Carlos ha existido descendencia. En este punto, doña Sofía siempre ha sido inflexible prohibiendo a su marido reconocer a estos hijos ilegítimos. Por ahí sí que no traga. Como muestra, su rotunda frase: “Él es el monarca, y no. Él manda, y no. Él toma decisiones de Estado, yo no. Pero la Corona somos los dos. Los dos y nuestros hijos”. (Imagen: Casa Real)
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La frase de Juan Carlos que más molesta a Sofía
> En la biografía que Pilar Urbano escribió sobre doña Sofía, La Reina (P&J), puede leerse a una doña Sofía que quiere mostrar una imagen de unidad que no se corresponde con la realidad. Aseguraba entonces que cuando ambos estaban libres de citas oficiales, desayunaban, comían y cenaban juntos. Esto se contradice con el pacto que suscribieron para que ella no se encontrara sola en palacio sin conocer el paradero de él. A tal efecto, firmaron un documento, sugerido por un asesor matrimonial, donde don Juan Carlos se comprometía a avisar a doña Sofía con antelación de sus planes. De esta forma se evitaba que la reina sufriera innecesariamente al desconocer su paradero.
Si hay algo que ha molestado sobremanera a la reina es que don Juan Carlos la defina como “una gran profesional”. Siempre ha considerado que la expresión no es digna del vínculo que les une. Queda demasiado claro que el rey ve en ella a la compañera de trabajo y no a la esposa. El problema es que la expresión se ha convertido en definición oficial y eso es un auténtico dolor de cabeza para una mujer tan sensible como doña Sofía.
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Lo que Letizia debe aprender de Sofía
> Si algo tiene doña Sofía es que sabe lo que representa. Desde el principio, tuvo claro que su misión era apoyar a su marido en la causa monárquica. Desde el principio, la reina se arremangó y se puso a disposición de la Corona. Su mayor acierto, asumir su papel, el de reina consorte. Siempre al lado pero no delante del rey: “No he intentado jamás interferir en su trabajo, en sus decisiones. Ni tengo la pretensión de aconsejarle lo que debe hacer o evitar”, expresó doña Sofía
En este sentido, doña Letizia debería tomar nota. Ha trascendido que le gusta meter bolígrafo en los discursos de don Felipe. También que quiere imponer ciertas exigencias en cuanto a los programas establecidos en las visitas de Estado. En sus primeros tiempos como princesa, quiso desligarse del rey a base de agenda propia. Se desaconsejó porque las bicefalias nunca han sido buenas consejeras en cuestiones de monarquías. Es el sentido de saber cuál es tu papel el que le falta a Letizia. De hecho, mientras se habla de la influencia de la reina sobre don Felipe, jamás ha ocurrido así en el caso de doña Sofía sobre don Juan Carlos.
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El órdago de Sofía a Letizia
> Quizás doña Sofía tuvo un rapto de premonición el día que pronunció esta frase: “Aunque se muera mi marido y reine mi hijo, y haya una reina nueva, yo ya seré la reina Sofía hasta la muerte”. Sin duda, esta es una de las espinas que lleva clavadas doña Letizia. Y duele, duele mucho. Porque la reina, en su imaginación, había elucubrado que cuando don Felipe subiera al trono, doña Sofía desaparecía de escena.
El mutis por el foro de doña Sofía es imposible. Don Felipe la necesita más que nunca ya que es el miembro de la familia real mejor valorado y más querido. Su buen hacer ha calado hondo en la sociedad española. Consigue empatizar y ha dado lo mejor de sí misma haciendo lo que más le gusta, ayudar a los demás. Mientras que ha intentado ir más allá en su tarea, doña Letizia sigue atrapada en el espejo de la fashion y beauty victim. Una superficialidad que no gusta.