La infanta Elena está tensando mucho la cuerda. No ataja lo que se ha convertido en un foco de problemas para don Felipe y doña Letizia. Froilán ha vuelto a hacerlo poniendo en un brete a la monarquía. En Zarzuela buscan frenar las meteduras de pata de Froilán ante la incomprensible impasibilidad de la infanta Elena. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos todo a continuación.
Froilán, egoísta, caprichoso y malcarado
> El hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar se ha convertido en un fortísimo dolor de cabeza para don Felipe y doña Letizia. Froilán va por libre y no le importa si sus movimientos perjudican a la Corona. Sin duda, no se equivocaban quienes señalaban a Froilán como egoísta. Le da igual si provoca un incendio en Casa Real. Para él solo cuentan sus intereses.
Froilán dio muestras de su carácter complicado siendo pequeño. De hecho, tuvieron que llevarlo a un internado para que lo metieran en cintura dado que no quería estudiar y todo eran rabietas cuando no se salía con la suya. Tenía quince años cuando tuvieron que enviarlo interno durante el verano al SAFA, en Sigüenza. Tan solo había aprobado dos asignaturas durante el curso escolar. A los malos resultados unía un carácter difícil tendente a los conflictos. Todo esto hizo que se creyera oportuno que pasara el mes de julio apartado del veraneo al que está acostumbrado.
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Froilán desata la ira de los reyes
> Froilán ha incumplido una de las normas más sagradas para los miembros de la familia real: posicionarse políticamente. Lo hizo con su asistencia a la manifestación convocada por PP, Ciudadanos y Vox. Además, no oculta sus simpatías por la extrema derecha que representa Santi Abascal. Su comportamiento ha causado un gran problema a don Felipe. No es ningún secreto que la monarquía tiene demasiados frentes abiertos como para aguantar los que llegan vía Froilán.
Alguien muy cercano al hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar hizo llegar el mensaje a los medios de que Froilán contaba con el beneplácito de Casa Real para acudir a la mencionada manifestación. Sin duda, una filtración interesada y falsa. Rápidamente, desde Zarzuela desmintieron la cuestión de forma rotunda. No quedó otra tras el escándalo mediático que se organizó.
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Los reyes, muy enfadados con la infanta Elena
> Si algo saca de quicio a don Felipe y doña Letizia de la infanta Elena es su impasividad ante los desmanes de Froilán. Tienen la sensación de que contempla divertida y con agrado la situación. No es ningún secreto la mala relación de la infanta con los reyes. De ahí que tenga sentido que en Zarzuela crean que es una forma más de poner palitos en las ruedas. Sin duda, increíble.
La infanta Elena y Jaime de Marichalar siempre han manifestado que no admitirán injerencias en cuestiones relativas a sus hijos. Sin embargo, visto el comportamiento de Froilán, en Casa Real van a saltarse esta premisa paterna y tomarán medidas para atajar lo que ya se considera una patata caliente. No es que Froilán no sume, sino que resta.
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Los años perdidos de Froilán
> No fue casualidad que Froilán pasara unos años en Estados Unidos estudiando. La cuestión se enmarcó dentro la costumbre de don Juan Carlos y doña Sofía de pagar la formación de sus nietos en el extranjero. Sin embargo, el centro al que acudió el hijo de la infanta Elena es conocido por su rigidez. Combina formación con temple del espíritu siguiendo las líneas educativas más severas del sistema estadounidense que se impregna de la cuestión militar. Allí, Froilán pudo disfrutar del anonimato. Así lo acordaron sus padres con los responsables del centro.
Aquello fue excesivamente rígido para Froilán y pidió cursar sus estudios universitarios en Madrid. Hizo propósito de enmienda y sus padres le creyeron. El problema es que sigue igual. Se comporta como un niño malcriado cuando ya es un adulto. Su futuro está en el aire porque no logra los resultados que prometió en la universidad.
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El drama de la infanta Elena
> De los dos hijos que la infanta Elena y Jaime de Marichalar es Froilán quien más ha acusado la separación de sus padres. Es algo que no encajó bien y que le ha marcado. Por otra parte, el joven también ha sufrido por las tiranteces entre sus padres tras el divorcio. Marichalar no lo ha tenido fácil para comunicarse con sus hijos mientras han sido menores. Telefoneaba y no se ponían alegando que estaban ocupados.
La infanta acabó más que harta de Jaime y decidió que no mantendría más contacto con él. El problema es que perjudicó a sus hijos al impedir que se comunicaran con su padre fuera del horario establecido. Las llamadas telefónicas es algo que estaba pautado pero que Elena se pasaba por el forro.
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