Poco se ha sabido de don Juan Carlos en los últimos días. El rey no estuvo presente en el cumpleaños de su hermana. La infanta Margarita reunió a sus más íntimos en una fiesta celebrada en su domicilio. Allí estuvo doña Sofía, siempre al pie del cañón. Mientras tanto, su marido disfrutaba de unos días de descanso que se negó a interrumpir ni que fuera por su querida hermana. La reina está que trina. Te lo contamos todo a continuación.
Don Juan Carlos se borra de la foto
> Fue el pasado día seis cuando la infanta Pilar cumplió ochenta años. Una fecha redonda que celebró en su casa reuniendo a amigos y familiares. Se esperaba que don Juan Carlos asistiera dado que la ocasión lo merecía. Sin embargo, ni rastro. La sombra del rey se perdió en Florida, junto a los Fanjul. Una vez más, los multimillonarios hermanos ejercieron de perfectos anfitriones de don Juan Carlos. Una de las grandes ventajas es que puede moverse con libertad sin testigos de vista.
Una de las primeras en llegar a la fiesta fue doña Sofía. Lucía espléndida y muy elegante. Ciertamente, cuesta creer que haya cumplido ochenta años. Estaba sonriente y se la veía relajada. Parece que ha conseguido que se escuchen sus súplicas y lo suyo con su marido ya es pasado. La reina tiene claro que quiere vivir a su manera y lejos de don Juan Carlos.
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Doña Sofía, muy enfadada con don Juan Carlos
> Más risueño que nunca llegó don Juan Carlos a los toros. La cita era en la feria de las fiestas del Milagro de Illescas. Como si nada hubiera pasado, el rey estuvo feliz y relajado junto a la infanta Elena. Padre e hija se llevan muy bien. No siempre fue así. Aún resuenan los ecos de aquellas discusiones que ambos mantenían y que finalizaban con la espantá de la infanta a París. Se refugiaba en un apartamento que allí tiene el Aga Khan. El rey de los ismaelitas y don Juan Carlos se conocieron en el internado suizo donde compartieron pupitre. Fue ahí donde se forjó una de las amistades más sólidas del monarca.
Si algo quedó marcado de la separación oficiosa, que no oficial porque no habrán papeles, de don Juan Carlos y doña Sofía es la discreción. La reina creía que su marido regresaría a Madrid con el mismo recato con el que puso rumbo a Miami. Sin embargo, la exhibición que ha hecho en los toros junto a Elena no ha gustado a doña Sofía, que otra vez se ve en boca de todos por el fuerte vínculo que une a su marido y su hija. Otra vez volverá a hablarse con fuerza de que la infanta está de parte de su padre. Y así es, porque no existen ese tipo de imágenes con su madre.
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Juan Carlos, Sofía y el pacto del dinero
> Una de las dotes más reconocidas de don Juan Carlos ha sido la de hacerse con dinero vía comisiones. Desde el principio tuvo claro que el dinero estaba en hacer de puente entre los diferentes intereses. Eran muchos los empresarios que recurrían a él buscando ayuda para establecer puentes comerciales con otros países. Y el rey, con grandes contactos, prestaba su ayuda a cambio de un pequeño porcentaje.
Pronto vio doña Sofía cómo funcionaba su marido y pensó: “Mejor con él que contra él”. Así las cosas, aceptó y se integró en el engranaje económico tejido por don Juan Carlos. Eso sí, todo bajo el manto de la discreción y la no ostentación, las dos señas de identidad más conocidas de la reina.
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¿A cuánto asciende la fortuna de los reyes?
La fortuna de los reyes es incalculable. En 2003, Forbes la cifró en 1.790 millones de euros. A don Juan Carlos no le gustó que se hicieran públicos este tipo de datos y conminó a las publicaciones financieras a dejar de husmear donde no les correspondía. Con el paso de los años, el poderío económico de don Juan Carlos y doña Sofía se ha visto incrementado en mucho. Al dinero hay que añadir el patrimonio inmobiliario.
Don Juan Carlos desplegó una gran actividad durante el tiempo que estuvo unido a Corinna. La voracidad económica de ella era muy parecida a la de él. Hicieron muchos negocios juntos y el rey desplegó todos sus encantos para conseguir esos acuerdos comerciales que tan beneficiosos eran para él. Llegó un momento en que ya no se conformaba con la comisión inicial, quería recibir otras según el tiempo de duración del contrato.
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La vida de lujo de doña Sofía
> Doña Sofía lleva una vida donde se permite muchos caprichos. Por ejemplo, ha desembolsado grandes cantidades económicas para pagar los estudios de sus nietos. Un año en uno de esos centros elitistas en el extranjero no baja de los 60.000 euros, eso sin incluir los gastos de manutención, que también corren de su parte. Por no hablar de su afición a viajar. Ha recorrido el mundo en su afan por empaparse de nuevas culturas. Una afición que poco tiene de barata, pues a ella le gusta desplazarse de una manera determinada y siempre acompañada.
En los peores momentos de su familia, ahí estado la reina para ayudar económicamente. A veces, Constantino ha pasado estrecheces para sacar a su familia adelante. Los gastos de su hermana Irene también han corrido a su cargo durante años. Todo cambió cuando el gobierno griego compensó a Tino e Irene por la expropiación de sus propiedades.