Parecía que Alessandro Lequio empezaba a ver la luz al final del túnel gracias a la notable mejora de salud de su hijo Álex. Sin embargo, las cosas vuelven a torcerse para el conde. Su calma se ha roto en mil pedazos por culpa de su fama de mujeriego. Algo que podría pasarle factura.
Un inesperado duelo de titanes
Llevamos varias semanas con un claro protagonista masculino en la crónica social: Jesulín de Ubrique. Sin embargo, en medio de este boom mediático, el torero ha quedado relegado a un segundo plano. Cuando menos lo esperábamos, sus andanzas amorosas ya han dejado de importar. Tampoco tienen valor ya las múltiples grabaciones que destaparían un historial amoroso que ya quisiera Julio Iglesias, el truhán por excelencia de nuestro país.
Ahora el objetivo de todos los flashes es otro galán: Alessandro Lequio. A pesar de que el italiano llevaba una etapa muy tranquila en la que se ha respetado el duro trance que vive a causa de la enfermedad de su hijo, su nombre vuelve a estar ligado a la polémica. Un romance del pasado ha regresado para dar mucho juego. Y aunque ha sido él quien ha hablado de este asunto en tono jocoso, parece que la broma le va a salir muy cara.
Los líos de falda de Mediaset salen a la luz
Todo ocurría durante la emisión de Sálvame, donde hablaban de Cristina Tárrega. La presentadora está muy enfadada porque la hayan relacionado con Jesulín. Lo que no podía imaginar es que en una tarde las tornas se iban a girar y se destaparía otro de sus romances secretos: el que mantuvo con Alessandro Lequio. Una información a la que desde el principio se le dio total verosimilitud porque salía de la boca de una de las íntimas del conde, Belén Rodríguez.
De hecho, si tiramos de hemeroteca, fue el propio Lequio quien comentó hace años que había estado con Cristina Tárrega en 1997. Es más, la recriminó en directo durante El programa de Ana Rosa que quisiera ocultarlo. «No reconozco haber tenido un affaire con Ivonne Reyes por la misma razón que me niegas a mí, que estuvimos juntos», decía el conde. Y aunque fue ella quien perdió los nervios en ese momento, ahora es Lequio quien intenta correr un tupido velo consciente de que la bomba puede explotarle en la cara.
Un auténtico escándalo cuyas consecuencias aún colean
Es cierto que todo esto tiene un tono mucho más amable, pero la historia recuerda irremediablemente al escándalo protagonizado por Lequio y Olvido Hormigos hace ya tres años, en verano de 2016. Un supuesto affaire en el que, curiosamente, también estaba involucrada María Patiño. La presentadora de Socialité, ahora en el ojo del huracán por todo el tema de Jesulín de Ubrique, fue la encargada de hacer público este affaire que tantos titulares ocupó.
«Yo no fui la que dio su nombre en televisión. Fue María Patiño. En Telecinco es una historia que conocía todo el mundo. De hecho la contó él. Pero Lequio iba diciendo que estuvimos juntos en un camerino y eso no es verdad. Me llevó a su casa. Quedábamos en la puerta de la urbanización. Me dio la dirección, yo la ponía en el GPS. Íbamos a un restaurante, comíamos y volvíamos a su casa. Recuerdo el color del coche, era negro», sostenía la vecina más famosa de los Yébenes en las múltiples entrevistas que dio a raíz de esto. Unas declaraciones que hoy cobran especial importancia por los motivos que te desvelamos a continuación.
La paciencia de María ha llegado a su fin
En medio de toda aquella vorágine, María quiso creer a su marido. Incluso demandaron de manera conjunta a Olvido Hormigos para acabar de una vez por todas con aquel culebrón en el que parecía no haber punto y final. La periodista prefirió hacerse la despistada y centrarse en tener una recta final del embarazo tranquila, sin sobresaltos. Pero la realidad es que, de puertas para adentro, aquello hizo tambalear los cimientos de su matrimonio. Tenía la mosca detrás de la oreja al igual que su familia, que nunca ha confiado en Lequio.
El hecho de tener que enfrentarse nuevamente a algo similar y volver a recordar la historia que tanto daño le hizo podría tener consecuencias devastadoras. María Palacios estaría cansada de tanto rumor y de que su imagen sea siempre la de mujer engañada y cornuda. En este sentido, podría tomar la drástica decisión de romper para siempre su relación, que desde el principio ha estado acompañada por la sombra de la infidelidad por parte del bisnieto de Alfonso XIII . De hecho, al cumplirse su octavo aniversario rompieron por esta causa. Curiosamente, cuando decidieron darse una nueva oportunidad él estaba con Susana Molina.
Un reproche con el que no contaba
El conde más famoso de nuestro país intenta tomarse con humor todo lo relacionado con su pasada vida sentimental. Lo único que de verdad le importa ahora es la salud de su hijo, Álex, que está terminando con éxito el tratamiento contra el cáncer que sigue desde hace casi un año. Y aunque el propio joven ha asegurado que esta pesadilla le ha unido más a su padre, en el que siempre ha tenido a un cómplice y amigo, la realidad es que a raíz de todo esto también se han producido importantes distanciamientos.
Lequio siempre ha tenido muy buena relación con su ex, Ana Obregón, con la que se ha dejado ver en innumerables ocasiones. Pero ahora la bióloga está dolida y no tiene reparos en contarlo públicamente. Ella ha corrido con todos los cargos del tratamiento de su único hijo, algo a lo que no le da la mayor importancia. Pero lo que sí le duele es que Alessandro no haya hecho más viajes a Nueva York, donde madre e hijo estuvieron más de medio año para salvar la vida del joven. «Él ha estado, sobre todo al principio, pero sinceramente me hubiera gustado que estuviera más», le reprochaba al aristócrata.
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