María Teresa Campos está pasando un vía crucis. Para ella, el regreso a Telecinco significó un chute de energía. Mucho han cambiado las cosas desde entonces. La presentadora ha tocado fondo y atraviesa un terrible momento que no desea ni a su peor enemigo. Así es la dura realidad que tiene que afrontar María Teresa Campos. Te lo contamos todo a continuación. Sigue leyendo.
María Teresa Campos, a puro dolor
> Se acerca la hora de la verdad y María Teresa Campos no sabe qué futuro le espera. Las cosas se han complicado mucho. Imaginaba que sería difícil pero no tanto. El asunto es que la periodista está a punto de acabar su contrato de continuidad con Telecinco y no ha recibido oferta alguna de renovación. Sus íntimos temen lo peor, pues no es la comunicadora mujer fuerte ante los disgustos. Le afectan sobremanera y le cuesta un mundo levantar cabeza.
María Teresa está convencida de que el teléfono sonará antes del último minuto y se mantiene expectante. Este asunto ha hecho que esté malhumorada, triste, llorosa y sin ganas de nada. Los suyos no se atreven a contarle la realidad porque saben que puede derrumbarse completamente y eso sería terrible. De ahí que Terelu y Carmen hace tiempo que le explican las cosas pasadas por el tamiz para no herirla.
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¿Quién es el gran enemigo de María Teresa?
> María Teresa Campos está convencida de que hay una mano negra que está frustrando su renovación con Telecinco. La periodista ve los tejemanejes de un enemigo como principal escollo para recuperar la posición que un día tuvo en la cadena de Paolo Vasile. Por otro lado, cree que se ha equivocado al decir no a la oferta que Canal Sur le hizo llegar hace unos meses. En este sentido, los suyos le aconsejaron que apostara por la autonómica andaluza pero el miedo a trastabillar le hizo decir no. No obstante, es una puerta que sigue abierta.
El problema es que María Teresa considera que la opción Canal Sur significa un retroceso en su carrera. No acepta que las cosas han cambiado y que si quiere seguir haciendo televisión, debe amoldarse a las circunstancias. Sigue soñando con un programa en Telecinco que le devuelva el brillo de antaño.
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Duro revés económico para la Campos
> Si por algo son conocidas María Teresa, Terelu y Carmen es por su afición consumista. Las tres han gastado a manos llenas en épocas de vacas gordas. Ahora se ha dado la vuelta a la tortilla y la matriarca del clan no ha tenido más remedio que deshacerse de las antigüedades que decoraban su ostentoso chalet. Con esta medida espera recuperar aliento económico. Necesita cash desesperadamente.
La salvación de María Teresa sería vender su chalet. Pide cuatro millones y medio de euros. Existe interés pero no se concreta la venta. Así las cosas, ha hecho números y le sale más a cuenta mudarse. Su nuevo destino, Aravaca, donde ha alquilado una casa unifamiliar que compartirá con Bigote Arrocet, muy en entredicho porque la comunicadora ha deslizado a sus íntimos que está harta de tener que ser ella quien corra con todos los gastos que origina la convivencia.
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María Teresa sospecha que Bigote le es infiel
> Hace tiempo que suenan campanas de desavenencia entre María Teresa y Bigote. Se habla de que la presentadora está disgustada con las continuas idas y venidas de su novio. No las tiene todas consigo y sospecha que el humorista puede tener alguna amiga especial. Este podría ser el motivo por el que se la ha visto saliendo de un edificio donde tiene despacho un detective especializado en infidelidades.
En esto de las infidelidades, el humorista ha incurrido en diferentes ocasiones. Aunque siempre se manifestó enamoradísimo de su esposa, la relación se vio salpicada por diferentes aventuras que mantuvo. Una de ellas dio como fruto a un hijo ilegítimo con el que Bigote mantiene una relación distante. Se habló de que iba a darle sus apellidos pero el asunto sigue en el aire.
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Todos contra María Teresa Campos
> Una de las cosas que peor lleva María Teresa es que los medios se hagan eco de su situación. Esto no hubiera ocurrido años atrás, cuando era la reina de las mañanas y tenía gran poder. Era levantar un teléfono y se acababan las críticas. De intocable ha pasado a ser un personaje más. Contempla con horror el declive que ella y sus hijas observan. El apellido Campos ya no cotiza al alza.
La tensión que sufre Teresa no es la indicada para alguien que ha sufrido un ictus. Demasiados frentes abiertos que la presentadora sabe no van a solventarse, al menos no a corto plazo. Todo esto ha afectado a su estabilidad. Está muy tocada. La martiriza la larga espera que los frentes que tiene abiertos requieren. Además, ha perdido la confianza en poder solucionarlos. Vive la situación como un hundimiento total. Atrapada y sin salida.