Con el paso de los años no dejan de descubrirse secretos de los integrantes de la Casa Real. Informaciones, en ocasiones disparatadas, que sirven para trazar un perfil más exhaustivos de quienes forman una de las Instituciones más férreas de nuestro país. Sin embargo, lo que van a leer a continuación cambiará, para siempre, la imagen que tengan de la Infanta Elena.
Siempre ha tenido un perfil bajo
> A pesar de que su vida, como la del resto de su familia, siempre ha estado en boca de todos, la Infanta Elena eligió desde el inicio tener un perfil bajo. Amante de la discreción, apenas supimos cómo se encontraba, por ejemplo, tras su difícil y peligroso divorcio de Jaime de Marichalar. Madre, hermana e hija, la Infanta es, con el paso de los años, el referente con más fortalezas de una Institución que no hace más que acumular problemas y escándalos. Y, por desgracia, la nueva polémica lleva su nombre cosido con hilo de la adicción. Una información dura que, sin duda alguna, marcará un antes y un después en su vida y en la de todos sus familiares.
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Adicta a la teletienda
> Explica la periodista Carmen Duerto en La Razón que la Infanta Elena fue adicta a las compras de teletienda. Un programa de televisión ha ampliado esta información al asegurar que todo ocurrió en 1990 cuando Elena «repetía cada madrugada el mismo ritual, comprar casi todo lo que veía en la teletienda. Casi todo e gustaba, pero su debilidad eran los productos adelgazantes». Unas compras, compulsivas y a destiempo, que coinciden con el nacimiento de las televisiones privadas y que, a buen seguro, servían para entretenerse y divertirse durante su juventud.
Sin embargo, las mismas fuentes aseguran que doña Elena sabía que su comportamiento podía tener consecuencias fatales y escondía, de forma muy curiosa, todas las compras que hacía. ¿Qué plan seguía? Lo sabemos.
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Así ocultaba su obsesión
> La Infanta Elena sabía que comprar de forma compulsiva no podía traer nada bueno. Los productos adelgazantes que adquiría a través de la Teletienda debían tener un lugar secreto en el que almacenarlos. Por eso, las mismas fuentes aseguran que la Duquesa de Lugo enviaba sus pedidos a casa de una amiga. De esta manera evitaba que sus padres pudieran saber en qué gastaba su asignación y, lo más importante, desviaba la atención de quienes recogían sus pedidos al otro lado del teléfono.
Pero las obsesiones en Casa Real parece que no tienen fin. En la siguiente página descubrimos cuál es la mayor fijación de la Princesa Leonor.
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Absoluta fan de un concursante de Operación Triunfo
> A pesar de que la reina Letizia ha implantado un estricto horario para consumir televisión, ha trascendido que sus hijas están realmente obsesionadas con Operación Triunfo. En concreto con uno de los cantantes de la penúltima edición del concurso de Televisión Española. El periodista Adriano Silva asegura que la Princesa de Asturias y su hermana están totalmente enloquecidas y «enamoradas» del catalán Alfred García y su primer disco en solitario, 1016, que escucharía en bucle en su casa. Un fervor musical que también se traslada a su madre. Hoy descubrimos la pasión oculta de Letizia Ortiz… Y también es un cantante.
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Pablo Alborán como talismán
> Melomana y amante de la cultura, la reina Letizia tiene un cantante fetiche. Alguien a quien, según cuentan a Cotilleo.es, tuvo la suerte de conocer en una cena privada. Se trata del malagueño Pablo Alborán. Letizia cree que el cantante es una de las voces más prodigiosas de todos los tiempos y escucha sus canciones de forma repetitiva. ¿Habrá sido este el motivo por el que ha inculcado la pasión por la música a sus dos hijas?
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