Tiene solo 18 años y es normal que quiera divertirse, pero ni el sitio elegido es el más recomendable ni tampoco, quizás, los titulares a los que ha dado pie. Victoria Federica no es solo una jovencita de 18 años que se besa con su novio sin importarle ser sorprendida por los paparazzí. Su forma de divertirse también es discutible. Ya ha debutado en la noche madrileña y podría llegar a dar tanto que hablar como su hermano. Debería medir más sus pasos, donde va, y también lo que hace. A fin de cuentas forma parte de la familia real. Y es que ha visitado un sitio que no concuerda con la imagen angelical que teníamos de ella.
5Froilán, no estás solo
Hasta ahora, Victoria Federica había sido juzgada como el cisne blanco de la familia, la niña buena a la que todos adoraban, la preferida de su tía Letizia, el paño de lágrimas de Juan Carlos I cuando abdicó. La pequeña aficionada a los toros que no se separaba de su madre. Froilán, por el contrario, era el joven trasto y rebelde. El que perseguía a sus primos con mástiles en Mallorca, el que trabajaba como relaciones públicas en una discoteca poco menos que de ticketero, el malote… Tras semejante publicación y los besitos de Victoria Federica con su novio torero, Felipe Juan Froilán de Todos los Santos está redimido.
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