La prensa alemana parece estar obsesionada con Letizia. El complicado pasado de nuestra Reina, la polémica relación con la Reina emérita, las diferencias con su sobrina, Carla Vigo, y otros muchos asuntos la sitúan en el ojo del huracán. Incluso a nivel internacional. Sabe que es la figura de las monarquías europeas más polémica. Continuos rumores acechan a la esposa de Felipe VI, y hay alguno que otro, que por el bienestar de todos, haría bien en desmentir. Sería muy saludable para todos que lo hiciera. Y, sin embargo permanece enrocada, aislada en una torre que no es de marfil, sino de duras espinas. Letizia lleva contra las cuerdas mucho tiempo. Tal vez pertenezca a este tipo de personas que consideran que hay secretos que es mejor ocultar. Se equivoca.
5Preocupación sobre la alimentación que reciben las hijas de los Reyes
El famoso vídeo que pretendía acercar la realidad de la casa real a los españoles creó una honda polémica. Las niñas comían sin pan una sopa de verduras con un aspecto muy poco apetitoso. Ese era el primer plato, a todas luces insuficientes para unas niñas que están creciendo. Al parecer Letizia está obsesionada con la alimentación sana hasta rozar los límites de la denominada ortorexia. Una obsesión que puede llegar a perjudicar el bienestar anímico y físico de una persona.
La propia Terelu, que ha llevado a sus hija al mismo colegio que la Reina, Santa María de los Rosales de Aravaca, se quejó en televisión de que el resto de los compañeros de comedor no pudieran probar una croqueta por culpa de la reina. Los niños queman mucha energía, y necesitan alimentos de mucho mayor aporte calórico que los mayores. Los hidratos de carbono son necesarios, al igual que la carne roja es beneficiosa para evitar anemias en las preadolescentes. Si los pequeños adoran comer golosinas no es solo por su sabor, sino porque desgastan mucho. Y aunque el azúcar pueda perjudicar los dientes, no es ninguna tragedia que tomen algún caramelo de cuando en cuando, como las bolitas de anís que les regalaba doña Sofía a las niñas a escondidas de su madre. La reina emérita tenía miedo de que su nuera se enfadara.