Llueve sobre mojado en el corazón de Kiko Matamoros. Tras haberse separado de Makoke, parece que el colaborador está buscando a una nueva compañera sentimental. Se le ha relacionado con varias mujeres que, en contra de lo imaginado, no han mantenido más que escarceos puntuales. Nada serio, quizás porque Kiko, tan galante y cariñoso como siempre, es demasiado exigente. Tras su aspecto de hombre de hierro se esconde un corazón con ganas de enamorarse.
Tal vez por eso no es extraño que Kiko se deje ver interesado por Sofía Suescun. La ganadora de Gran Hermano y él habrían podido tener más que palabras. Además de coincidir en los programas de televisión, habrían traspasado el umbral del placer. Ellos lo niegan, pero lo cierto es que las muestras de cariño que se profesan en público -a través de sus redes sociales- dejan entrever que hay algo más profundo entre ellos.
Tras la negativa, el encuentro definitivo
Es lo que sucedió el pasado domingo cuando, en una pausa para la publicidad, Kiko y Sofía se dejaron querer en los pasillos de Viva la vida cuando pensaban que nadie les miraba. Se equivocaban. Cuatro ojos fueron testigos del ardiente encuentro de los contertulianos.
«El embobe de los protagonistas sonrojaría al más incrédulo. Tal vez a mí mismo, que desoí a quienes me advertían de que esto era tan real como carnal»
Me aseguran que hubo roce, refriegue o calentón. Me refieren brusquedad en los gestos, confianza y tensión sexual. Ella contra la pared, casi sin escapatoria, él a milímetros de su boca, rozándose sutilmente con la mano en su cintura. El embobe de los protagonistas sonrojaría al más incrédulo. Tal vez a mí mismo, que desoí a quienes me advertían de que esto era tan real como carnal. Las miradas no mienten y en la de los tórtolos parece haber, cuanto menos, necesidad de remate o (re) remate porque dudo que, a estas alturas, Kiko no haya entrado a matar. No porque sea hombre de encuentro fácil, sino porque me consta que la mozalbeta es experta en las artes amatorias. No siempre la juventud está reñida con la sabiduría. Y más cuando el temario se practica en posición horizontal.