A Eugenia Martínez de Irujo, la flamante esposa de Narcís Rebollo, el flamante y todopoderosos directivo de Universal, el matrimonio le ha sentado muy bien. Tanto es así que su rostro ha vuelto a los felices tiempos en los que era una adolescente que se arrimaba a su hermano, Cayetano Martínez de Irujo, para entrar en Joy Eslava.
No ha sido solo el amor, sino también el ácido hialurónico muy bien aplicado, lo que le ha dejado la cara como en su puesta de largo. En la reciente gala del Teatro Real ofrecía un renovado aspecto después de pasar por el proceso de chapa y pintura. Estaba muy guapa. Ya se sometió a un retoque radical en el año 2009 pero entonces la dejaron muy parecida a Mari Cruz Soriano. En la imagen inferior podéis observar a la duquesa de Montoro antes de someterse a ningún tipo de relleno. Sus rasgos eran mucho más afilados.
Esta vez todo han sido alabanzas. Con un flequillo que le daba un aire muy juvenil, infantil incluso, Eugenia ha dado el golpe. Lucía una falda larga de textura confeccionada con un original tejido de textura rugosa. La combinó con un abrigo de estampado floral ycuello con pelo en un estridente naranja. No era fácil que se perdiera.
Ha engordado unos kilos, y su cutis se ha visto favorecido
También es cierto que Eugenia, muy delgada en las últimas décadas, ha cogido unos kilos. Así lo evidenció en su aparición en el estreno de Arde Madrid. En ella da vida a su propia madre. Ese día, en cambio, se tapó la cara por completo con un antifaz.