Fue una de las figuras más cotizadas de la televisión, un presentador cuyo nombre era garantía de éxito. Guapo hasta decir basta, con un estilo especial. El Brad Pitt hispano. La fama le vino demasiado joven, cuando tal vez no estaba preparado para asumirla. El 25 de enero de 2012 dijo adiós por completo a la televisión. No ha vuelto a pisar desde entonces un plató, pero son muchos los que aún se acuerdan de su mirada luminosa, de sus ojos azules y de aquel flequillo con remolino inconfundible. La cámara le quería,y él ahora, tras su fracaso estrepitoso en Vuélveme Loca, ha decidido no volver a pisar un plató.