La infanta Cristina está de máxima actualidad porque ha sido readmitida en la familia del rey. El asunto hace pensar que algo se mueve en la vida de la hija mediana de don Juan Carlos y doña Sofía. Si hay algo que Cristina lleva clavado a fuego es la infidelidad que su marido cometió con una amiga común. Un asunto que a punto estuvo de ver la luz pero que Iñaki Urdangarín pudo frenar en el último momento. Esta es la historia de una infanta que ni olvida ni perdona la traición de su marido.
5La infanta quiere volver a empezar
Cuando el caso Noos explotó, Cristina estaba deshecha. Su matrimonio ya no era como antes. Ella desconfiada y temía que Iñaki volviera a engañarla. Han pasado los años y la infanta ni olvida ni perdona lo sucedido. Algunos miembros del clan Borbón sugirieron a Cristina que se divorciara de Urdangarín cuando saltó el escándalo. Uno de los argumentos que arguyeron fue que él no merecía semejante sacrificio dada su deslealtad. Sin embargo, la infanta no quiso escuchar. Era el padre de sus hijos y aunque no confiara, seguía enamorada.
Fue el pasado lunes cuando en Cotilleo.es Joana Morillas publicó la exclusiva sobre el divorcio de Cristina e Iñaki. La infanta quiere un cambio de vida tras ser informada de cosas que desconocía sobre su marido. Considera Cristina que no le ha valido la pena perder a su familia por quedarse junto a Iñaki. Ciertamente, está feliz. Tiene un brillo especial en la mirada y muchas ganas de regresar a España. En cuanto al divorcio, se producirá sin problemas. Todo está atado y bien atado en las capitulaciones matrimoniales que la pareja firmó antes de casarse.
La infanta Cristina ha conseguido lo que tanto ansiaba. No ha sido fácil para ella que don Felipe la aceptara nuevamente en el seno familiar. Sin embargo, doña Sofía se lo propuso y lo ha conseguido. Sin duda, el mejor regalo de cumpleaños para la reina emérita. Poco queda de aquella Cristina de Borbón que se puso al lado de su marido de forma incondicional. Hoy está decidida a soltar amarras. Sueña con una nueva vida y en ella no hay lugar para Urdangarín.
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