La familia real atraviesa su momento más delicado. A las críticas que sufre la institución hay que sumarle las desavenencias entre sus miembros. Nada es lo que parece en un clan que se desangra en luchas internas. Doña Letizia y doña Sofía mantienen una inexistente cordialidad de cara a la galería. Mientras tanto, la infanta Elena ha vuelto a perder brillo mediático. Sin embargo, no piensa quedarse callada y mueve ficha.
5Los Borbones, traiciones familiares
Ni a don Felipe ni a doña Letizia les gusta que Elena se deje ver con don Juan Carlos porque eso significa devolverlo a la actualidad en un momento en que lo quieren bien lejos. Sin embargo, la infanta no piensa renunciar a aparecer con su padre. Están muy unidos y ella tiene claro que necesita apoyo y visibilidad. Considera que don Felipe no ha obrado bien quitándose de encima a su padre y de ahí no la mueve nadie. Sin duda, la historia se repite. Ocurrió con las infantas Pilar y Margarita, durante años, muy críticas con su hermano porque condenó a don Juan de Borbón a estar en la oscuridad hasta que consiguió que abdicara en su favor.
En el caso de doña Letizia, considera que Elena ha sobrepasado todos los límites al contravenir las órdenes expresas de alejamiento paterno. El fin del rey emérito ha significado una liberación para la reina consorte, que puede hacer y deshacer a su antojo. Ya no tiene nadie que la observe ni ponga en duda su trabajo. La sombra de don Juan Carlos ha desaparecido del camino y ella se siente libre. Es el dulce sabor de la venganza de una mujer que dicen ha soportado mucho por amor.