Como ya hizo su madre hace muchos años, Carmen Borrego se sometió recientemente a una operación para reducir su papada. El descolgamiento de su piel bajo la barbilla le originaba muchos complejos. Los especialistas en estética recomendaron tanto a ella como a su hermana que primero adelgazaran si querían retocar su rostro. Aquel consejo se lo dieron en Miami durante la grabación del docureality. Ocho meses después, el pasado 29 de agosto la colaboradora de Sálvame se ponía en manos de un afamado doctor, Javier de Benito, con la esperanza de que le dejara el cuello como el de una jovencita. Pero algo parece haber salido mal.
1El cuello de pavo ha vuelto a hacer su aparición
Las imágenes no mienten. Ayer, en su última aparición en Sálvame, Carmen Borrego, perfectamente vestida y maquillada, evidenciaba que los resultados no han sido los esperados. Y no han transcurrido ni siquiera dos meses. La grasa parece haber vuelto a donde se encontraba antes y la piel ofrece un aspecto flácido. Los peores presagios de María Patiño, solo insinuados, parecen haberse cumplido. La colega de Carmen ya insinuó que algo no había ido bien. Dijo que le habían dejado «los ojos caídos y la cara hacia abajo. Semejantes comentarios no hicieron ninguna gracia a Carmen. Ahora, la fuerza de la gravedad ha podido con su cuello. La papada de Borrego es un ente invencible que se resiste a desaparecer. El prestigio del médico que la ha operado está en juego. Hay que recordar que cuando su madre se operó Jesús Mariñas dijo que con la piel que le habían retirado se podía hacer un bolso. En este caso, visto, lo visto, con la de Carmen no ha dado ni para un monedero.