Bertín Osborne ya no es el galán al que las jovencitas perseguían por los camerinos de toda España. Ya no es ni sombra de lo que fue. No ha sabido o no ha podido renovar su público y se enfrenta a una situación muy complicada. No pasa por sus mejores momentos familiares y personales, y para colmo, el título de su último disco es solo un reconocimiento de su fracaso profesional . Nada más y nada menos que “Yo debí enamorarme de tu madre”. Al contrario Frank Sinatra, a quien el cantante intenta imitar sin éxito, autocalificándose como crooner, no ha sabido conectar con varias generaciones. Ni siquiera consiguió pasar el reto de Men’s Health. Y lo peor es que solo le sirvió para que se le descolgara un poco la piel del cuello. Los vinitos y los quesos pudieron más que sus buenas intenciones. Bertín está destrozado por los problemas que le acechan por todas partes, llegando a ridiculizarle.
9Todo se derrumbó
Si algo sorprende es la actitud de Bertín Osborne y Fabiola Martínez ante la adversidad. Nada hacía presagiar que Kike vendría al mundo con un problema de salud tan grave. Fabiola estaba en el sexto mes de embarazo cuando su ginecólogo comprobó que había problemas y decidido practicarle una cesárea de urgencia. El bebé fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos neonatales del hospital donde permaneció con ventilación mecánica.
A pesar del difícil momento, Bertín atendió a los medios destacados en la Paz y expresó que el problema más grave al que se enfrentaba su hijo no era el ser prematuro, apenas pesaba un kilo y medio, sino que estaba afectado por una bacteria, lifteria, que le había provocado una grave infección. Tuvieron que hacerle dos transfusiones y tratarle con antibióticos.