Bertín Osborne ya no es el galán al que las jovencitas perseguían por los camerinos de toda España. Ya no es ni sombra de lo que fue. No ha sabido o no ha podido renovar su público y se enfrenta a una situación muy complicada. No pasa por sus mejores momentos familiares y personales, y para colmo, el título de su último disco es solo un reconocimiento de su fracaso profesional . Nada más y nada menos que “Yo debí enamorarme de tu madre”. Al contrario Frank Sinatra, a quien el cantante intenta imitar sin éxito, autocalificándose como crooner, no ha sabido conectar con varias generaciones. Ni siquiera consiguió pasar el reto de Men’s Health. Y lo peor es que solo le sirvió para que se le descolgara un poco la piel del cuello. Los vinitos y los quesos pudieron más que sus buenas intenciones. Bertín está destrozado por los problemas que le acechan por todas partes, llegando a ridiculizarle.
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No es fácil estar casada con un hombre como Bertín que presume constantemente de su éxito con las mujeres. Fabiola no es inmune al demonio de los celos y ha confesado en varias ocasiones que ha estado a punto de separarse. Pero eso no es todo. Bertín no es el macho ibérico que fue. Y así lo demuestra el hecho de que la propia Fabiola se quejara de sus relaciones conyugales. Todo el mundo recuerda el programa al que fue invitado Carlos Herrera. Se sentó en la cama matrimonial, en un programa al que fue invitado Carlos Herrera, quien se sentó en la cama matrimonial con ella. Fabiola quiso devolvérsela a Mariló, y llegó a insinuar que ella era un poco más respetuosa que la presentadora. Mariló coqueteó con Bertín y revolvió en sus cajones. La pareja pudo haber tenido sus más y sus menos por ese motivo. Fabiola insinuó que la relación marital adolecía de algunas cosas. Insinuó incluso que no era muy cariñoso. El cantante, por lo visto, no es de los que hacen la cucharita a su pareja.