Bertín Osborne ya no es el galán al que las jovencitas perseguían por los camerinos de toda España. Ya no es ni sombra de lo que fue. No ha sabido o no ha podido renovar su público y se enfrenta a una situación muy complicada. No pasa por sus mejores momentos familiares y personales, y para colmo, el título de su último disco es solo un reconocimiento de su fracaso profesional . Nada más y nada menos que “Yo debí enamorarme de tu madre”. Al contrario Frank Sinatra, a quien el cantante intenta imitar sin éxito, autocalificándose como crooner, no ha sabido conectar con varias generaciones. Ni siquiera consiguió pasar el reto de Men’s Health. Y lo peor es que solo le sirvió para que se le descolgara un poco la piel del cuello. Los vinitos y los quesos pudieron más que sus buenas intenciones. Bertín está destrozado por los problemas que le acechan por todas partes, llegando a ridiculizarle.