La realeza se mueve por parámetros diferentes a los establecidos para el resto de los mortales. Ingresar en el club de los royals tiene un precio en caso de divorcio. Es la cara B de una institución donde la trastienda permanece cerrada a cal y canto para que nadie pueda acceder a ella y conocer sus secretos. Doña Letizia estaba decidida a poner fin a su matrimonio con don Felipe. Sin embargo, algo lo impidió.
6Rica pero sin libertad para el amor
Como mujer divorciada, doña Letizia tendría derecho al uso y disfrute de tres viviendas, con el correspondiente personal de servicio para atenderlas, así como una más que generosa compensación económica. En el punto material, ningún problema. En cuanto a su presencia en la familia real, quedaría reducida a los actos familiares relacionados con sus hijas, cumpleaños, bodas, comuniones…
Tampoco tendría Letizia Ortiz libertad para rehacer su vida a nivel sentimental. En este punto, debería ser muy discreta y, por supuesto, nada de aparecer en público con pareja en caso de enamoramiento. Eso no le está permitido a la madre de la heredera al trono, más bien muy desaconsejado, tan solo hay que ver como acabó Lady Di por amor a Dodi Al Fayed.