La realeza se mueve por parámetros diferentes a los establecidos para el resto de los mortales. Ingresar en el club de los royals tiene un precio en caso de divorcio. Es la cara B de una institución donde la trastienda permanece cerrada a cal y canto para que nadie pueda acceder a ella y conocer sus secretos. Doña Letizia estaba decidida a poner fin a su matrimonio con don Felipe. Sin embargo, algo lo impidió.
5El destino de Leonor y Sofía
La princesa Leonor y la infanta Sofía vivirían con su padre en El Pabellón del Príncipe de lunes a viernes. No había opción a que se mudaran con su madre a alguna de las residencias que tendría a su disposición tras hacerse efectivo el divorcio. En cuanto a los fines de semana y periodos vacacionales que le serían asignados a la reina para estar con las niñas, estaba marcado que se cumplirían siempre que Leonor y Sofía no tuvieran que estar presentes en algún acto relacionado con las institución que representan.
Una de las personas que más instó a la reina a que reclamara los derechos que como madre le correspondían fue Jaime del Burgo. Ejerció, o quiso hacerlo, como consejero de Letizia cuando se plantearon las capitulaciones matrimoniales. El que fuera marido de Telma Ortiz insistió en que la periodista debía quedar totalmente cubierta a nivel económico si la ruptura matrimonial llegaba a producirse. Fue durante esa importante crisis de pareja, ocurrida en 2013, cuando la reina decidió alejarse del empresario. Su forma de proceder no le gustó y lo eliminó de su lista de los afectos.