Los miembros de la familia real viven tiempos revueltos. Cada vez están más alejados unos de otros. Cierto es que doña Sofía está poniendo toda la carne en el asador para ayudar a don Felipe a salvar la monarquía. De ahí que se multiplique porque sabe que su presencia suma a la causa. No obstante, a Letizia, ni agua. Es más, siempre que puede, se la devuelve, como ocurrió recientemente en la que ha sido considerada como la boda del año.
3El rey soy yo
Y cuando todo estaba ya atado y bien atado, aparecieron las grabaciones de Corinna y empezó la misión Salvar al rey Felipe. Para ello, era necesario que no apareciera al lado de su padre en público. Desde entonces, don Juan Carlos vive en el ostracismo. A excepción de la infanta Elena, el resto de miembros de la familia no le quieren cerca.
Paradojas de la vida, el rey emérito ha corrido la misma suerte que la infanta Cristina, la hija a quien dicen libró de la cárcel tras mover los hilos necesarios. Al respecto, existe una anécdota muy ilustrativa. En su afán por eliminar las sombras existentes en Zarzuela, el rey Felipe pidió a quien correspondía que no tuvieran en cuenta el parentesco real a la hora de juzgar a su hermana. La respuesta que recibió es más que aclaratoria: “No se preocupe, Señor, que ya hemos hablado con el Rey”. Y don Felipe se quedaba con cara de póker y respondía: “El Rey soy yo y usted no ha hablado conmigo”. Da una idea de cómo se mueven algunas personas, afectas al rey emérito, con mando en plaza en ciertos ámbitos de poder.
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