La infanta Cristina se equivocó, apostó todo al rojo y salió negro. Desde entonces, está apartada de la familia real. Ante sí, un panorama desolador. Su marido en prisión y ella muy tocada a nivel psicológico. Por si lo anterior no fuera suficiente, ha sufrido una grave humillación pública que ha sido la puntilla para una mujer que tuvo el mundo a sus pies y salió por la puerta de atrás de Zarzuela.
La hija de los reyes eméritos se ha quedado sola. Hasta su madre se ha distanciado de ella a petición de don Felipe. Doña Letizia no quiere ni escuchar su nombre, no le perdona los desaires del pasado. Tan solo le queda la mano amiga de su hermana Elena y la lealtad inquebrantable de los Urdangarín.
2Giro radical en la vida de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín
Hubo un tiempo en el que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín eran duques de Palma y vivían felices junto a sus cuatro hijos. Sin embargo, un buen día las cosas cambiaron. En julio de 2010, el juez José Castro abrió una pieza relativa al Instituto Nóos, dentro del proceso por presunta corrupción conocido como caso Palma Arena. El Instituto Nóos se trataba de una fundación teóricamente sin ánimo de lucro de la que fue administrador Iñaki Urdangarín y en cuya directiva se sentó su esposa, la infanta Cristina. Sin embargo, partir de julio de 2010, la vida de los entonces duques de Palma dio un giro de 180 grados y todo fue a peor.
«La justicia es igual para todos». Esas fueron las palabras de Juan Carlos I en su discurso de Nochebuena en 2011. Unas palabras que reflejaban que el entonces jefe del Estado no iba a mover un dedo para intentar proteger a su hija menor y a su yerno de sus problemas con la justicia. Problemas que salpicaron a la infanta Cristina y a Iñaki Urdangarín cuando fueron imputados por presuntos delitos en la actividad de Nóos. Un proceso judicial que duró algo más de cinco años y cuya sentencia condenó a Iñaki Urdangarín a seis años y tres meses de prisión y a pagar una multa de 512.000 euros, mientras que la infanta Cristina fue absuelta pese a ser sancionada con 265.000 euros por responsabilidad civil.