Hubo un tiempo en el que la ahora reina Letizia fue periodista. Letizia era presentadora de informativos y se encargaba de dar las noticias. Sin embargo, un buen día se comprometió con el entonces príncipe Felipe y su vida dio un giro de 180 grados. La periodista pasó a ser noticia y todo lo que hacía o decía era mirado con lupa. Desde entonces, los desplantes de la ahora Reina de España no han cesado. El último de ellos ha tenido lugar este pasado fin de semana y no ha dejado a nadie indiferente.
1El enfado de la reina Letizia
La esposa de Felipe VI acudió este fin de semana a la final de consolación del Mundial de Baloncesto en Tenerife. Doña Letizia presidió el partido entre Estados Unidos y Australia, pero también tuvo tiempo de estar presente en el encuentro en el que España consiguió el bronce ganando a Bélgica por 67-60. La Reina declinó la invitación a sentarse en el palco presidencial y bajó a los vestuarios para charlar con las jugadoras. Sin embargo, no todo fue de color de rosa.
En un momento dado, TVE solicitó la presencia de la reina Letizia para hacerle una breve entrevista en directo. Una invitación que Letizia aceptó. La esposa de Felipe VI mostró su apoyo al baloncesto femenino español. «Han hecho un gran campeonato, Se ve que son un equipo muy serio, muy solvente. Tienen, desde luego, espíritu de campeonas y creo que es otra gran alegría más para el deporte femenino español», comentó doña Letizia al periodista Nacho Calvo.
Sin embargo, después de la calma llegó la tormenta. La exjugadora de baloncesto Marta Fernández se dirigió a la reina Letizia como si de una amiga de toda la vida se tratara. «Bueno, yo encantada de que estés aquí con nosotras. Nos has traído suerte», comentaba la exjugadora. «Bueno, he venido cuando he podido, que es en la segunda mitad. Pero bueno, ha sido fantástico. Gracias», decía una Letizia con tono serio y poniendo fin a la entrevista. Incluso se atrevió a pasar por delante de la cámara para marcharse. No cabe duda de que a la mujer de Felipe VI no le hizo ni la más mínima gracia las confianzas que se tomó Marta Fernández al tutearla ante la cámara.