Isabel Gemio es una mujer valiente, de las que coge el toro por los cuernos. Lejos de dejarse caer en la tristeza, ha plantado cara a la adversidad. Conoció el lado más amargo de la vida cuando a su hijo Gustavo le diagnosticaron que padecía una grave enfermedad, distrofia muscular. A partir de ahí, todo cambió…
3La voz de los silenciados
“Mi hijo es mi maestro, el Buda que cada día me demuestra el significado del presente, la verdadera dimensión de las cosas que importan y del amor. Gustavo es mi héroe, el héroe más real y valiente que conozco. Su heroicidad es continua las veinticuatro horas del día, sin un receso, sin una tregua. Es la resistencia más pertinaz que existe frente a una grave enfermedad, sabiendo que no hay salida posible, solo la ciencia le da esperanza”, confiesa Gemio.
Pero no solo Isabel habla de su experiencia como madre de un hijo afectado por la distrofia muscular, otras personas también han querido compartir su experiencia. Sin duda, la realidad como elemento de concienciación es la mejor opción para hacer llegar el mensaje a una sociedad que, en ocasiones, prefiere mirar para otro lado y no ver esa zona oscura donde viven los que esperan que un milagro les devuelva la luz.
.
