Doña Sofía tiene muchas ganas de que acabe el 2018, uno de los peores años de su vida. Y es que la reina emérita ha probado en carne propia el amargo sabor de la traición. Las infantas Elena y Cristina no han sido todo lo leales a su madre que cabría esperar. La reina emérita está tocada y hundida por el comportamiento de sus hijas. ¿Qué ha pasado? Sigue leyendo.
3Sofía, madre, esposa y reina
Mientras que doña Sofía ha sido una madre presente y activa, don Juan Carlos ha ejercido la paternidad desde la barrera. En su época, era algo aceptado que los hombres se desentendieran de las cosas relacionadas con los hijos. En el caso del rey emérito también hay que añadir su faceta de bon vibant, que ha primado sobre otros aspectos de su vida. Mundano y jovial, así definen algunos a don Juan Carlos.
Para doña Sofía la obligación siempre ha estado primero que la devoción. Mientras fue reina consorte desempeñó su papel a la perfección. Tuvo el protagonismo justo y consiguió empatizar con una gran parte de la sociedad por sus formas y maneras acertadas. Siempre con la sonrisa pintada en el rostro, la reina emérita brilló en una corte plagada de sombras. Mucha tela que cortar. Siempre al pie del cañón, y cuando su agenda lo permitía, a disfrutar de la familia, su gran pasión.