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domingo, 24 noviembre 2024

Insólito: Letizia desafía a los católicos con un gesto muy irreverente

Este sábado pasado día 8 de septiembre de 2018 fue un día histórico. La princesa Leonor asistió a su primer acto oficial en Asturias, acompañada de sus padres, los Reyes Felipe y Letizia, y su hermana, la infanta Sofía. Un día en el que la heredera al trono debía haber sido la protagonista indiscutible de la jornada. Pero no fue así.

La reina Letizia quiso llamar la atención, y lo consiguió. Varios fueron los desplantes que tuvo durante toda la visita. Os desvelamos cuáles fueron los errores garrafales que cometió la reina Letizia en un día tan importante.

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¿Atea y republicana?

Letizia Ortiz tiene un estigma. ‘Divorciada’, ‘atea’ y ‘republicana’ son tan solo algunos de los adjetivos con los que el sector más purista de la sociedad quiso desprestigiar la figura de Letizia como inminente princesa de Asturias y hoy como Reina de España.

Es altamente complicado tener controlado a todo tu entorno, especialmente a estos niveles dinásticos y reales. Es muy difícil intentar callar las bocas de quienes han formado parte activa de tu vida íntima. A fin de cuentas, también es la suya. De quien Letizia no esperaba en ningún caso recibir esta serie de acusaciones es de parte de su primo hermano, el que fuera su abogado y confidente, David Rocasolano. Además, plasmado en un libro (‘Adiós, Princesa – 2013), una obra que perdurará por los siglos de siglos, haya o no continuidad Borbónica.

 

Al primo díscolo de la reina no le tembló el pulso en el momento en el que escribió que Letizia se avergonzaba de su familia. Además, dentro de los dos apellidos (Ortiz y Rocasolano) había bastante distinción y diferencia intelectual y cultural. En su obra, el autor señala su visión sobre las relaciones entre la familia Rocasolano, los Borbones y la propia reina Letizia.

Al respecto, apunta lo siguiente: «En cuanto a mi familia, a veces me avergonzaba del exceso de vasallaje que mostraban. A mi tía Paloma, que es una mujer sencilla que a veces raya en el simplismo, toda aquella parafernalia real la superó desde el principio. Era patético observar cómo se dirigía a Sofía: ‘Señora, ¿cómo está usted?’. Y poco faltaba para que se agachara un poco más –la famosa genuflexión– y le limpiara a la reina los zapatos con la lengua». Y no solo eso, sino que publicó que «Lo de Letizia tratando de majestad a Juan Carlos incluso en la intimidad, a pesar de ser su suegro, no es tanto vasallaje como estrategia. ‘No olvido que soy plebeya, parece comunicarle cada vez que pronuncia las tres sílabas».

En una de las pocas entrevistas que Rocasolano ha concedido en relación al libro, el primo hermano de Letizia afirmó que su prima le había encomendado la labor de «vigilar al abuelo en la noche previa al enlace para que no bailase con marquesas». «Letizia sintió vergüenza al ver a nuestro abuelo bailando con la aristocracia. Me pidió que me llevase al abuelo a casa y así lo tuve que hacer«.