La relación entre doña Sofía y la reina Letizia ya es inexistente de puertas para adentro. A golpe de desengaños, la reina emérita ha decidido apartarse de su nuera. Se ha cansado de sus desplantes y de la forma en que mueve los hilos en la oscuridad. Así es la trastienda de una historia marcada por los desencuentros entre dos mujeres que no han conseguido superar sus diferencias.
5Las reinas no deben brillar, sino ayudar
A doña Sofía no le gusta la imagen que transmite don Felipe desde que se casó con Letizia. Y es que el fuerte carácter de la reina hace que algunos crean que es ella quien tiene el mando. En opinión de la reina emérita, su nuera debería optar por un perfil más bajo en vez de acaparar tanto protagonismo. Considera que es excesiva la atención que presta a su físico y no entiende tampoco su afición desmesurada por la medicina estética.
Es esta faceta más coqueta y algo frívola la que desagrada a doña Sofía, que considera que la misión de una reina no es brillar como una estrella sino estar al servicio de los demás. En este sentido, suegra y nuera tienen formas muy diferentes de entender su misión. Mientras Sofía tiene muy claro que ser reina consorte consiste significa estar siempre al pie del cañón, Letizia lo ve como un trabajo con horario fijo y vacaciones de verano.