La relación entre doña Sofía y la reina Letizia ya es inexistente de puertas para adentro. A golpe de desengaños, la reina emérita ha decidido apartarse de su nuera. Se ha cansado de sus desplantes y de la forma en que mueve los hilos en la oscuridad. Así es la trastienda de una historia marcada por los desencuentros entre dos mujeres que no han conseguido superar sus diferencias.
10Una falsa cordialidad
Aunque se nos ha vendido que la relación de Letizia con su suegra es excelente, va a ser que no. Y es que doña Sofía se ha quejado en diferentes ocasiones de lo poco que puede ver a sus nietas Leonor y Sofía debido a los impedimentos que pone su nuera. La reina emérita ha comentado la suerte que tiene Paloma Rocasolano, que puede disfrutar de las niñas siempre que quiere.
Hace tiempo trascendió que la soberana desea que su madre ejerza de abuela. Para ello, Paloma acude entre dos y tres veces a la semana a la residencia de los reyes y allí se ocupa de Leonor y Sofía. Juega con ellas, les prepara la merienda y demás actividades propias de abuela. De hecho, cuando los reyes tienen que viajar, es Paloma quien queda al cuidado de las niñas. Menos trato tienen las infantas con su abuelo materno, Jesús Ortiz, al que frecuentan poco. Y es que Letizia con Z no traga a Ana Togores, esposa de su padre. Como se recordará, Ana no estuvo en la boda de los reyes. Se dijo que por una cuestión de protocolo. Sin embargo, todo indica que doña Letizia tuvo mucho que ver, ya que no quería que Togores pudiera quitarle el protagonismo a su madre, a la que se ha unido mucho desde que su hermana Erika falleciera.