El 2018 está resultando un año cargado de espinas para la familia real. Don Felipe intenta devolver el esplendor de antaño a una institución que vive sus horas más bajas. La palabra corrupción sobrevuela palacio y se ha llevado del plano público a don Juan Carlos. Mucha tela que cortar. Por si lo anterior no fuera suficiente, doña Letizia está destrozada desde que conoció la muerte de alguien que marcó su destino.
3El principio del fin
Letizia Ortiz quiso que Pedro Roncal y su esposa estuvieran en su boda con don Felipe en 2004. Jamás perdieron el contacto que traspasó el plano profesional para instalarse en el personal. Lo cierto es que la reina está desolada ante tan terrible pérdida. Ella, al igual que el resto de personas que conocían al periodista, no imaginaba que se marcharía a una edad tan temprana.
Sin duda, el 2018 está resultando durísimo para doña Letizia, que ha hecho frente común con don Felipe para salvar a la monarquía de la quema que se inició con el caso Noos y ha acabado con el tsunami Corinna. La reina sabe que hay que aplicarse a fondo y hacer concesiones, de ahí que para ella se haya diseñado un perfil más bajo.