La tensión en el plató de Sálvame ha estado más presente que nunca. Los protagonistas han sido Diego y Kiko Matamoros, que el pasado martes tuvieron un duro enfrentamiento en televisión. Hace tiempo que no se vivía una situación tan tensa en el programa.
Los insultos y las acusaciones que se lanzaban el uno al otro parecían no tener fin. Su principal problema, además del ego y la cabezonería de ambos, es el tema económico. El dinero, en esta ocasión, es el principal culpable del distanciamiento entre padre e hijo…
Kiko Matamoros tacha de «miserable», «sanguijuela» y «estúpido» a su hijo
Todo comenzó en la boda de Diego Matamoros. Bueno, en realidad sus altos y bajos vienen de hace muchos años. Su último «enfrentamiento», que ha sido a través de de los monitores de Sálvame, es debido a que, según Diego, su padre podría haber cobrado una gran cantidad por asistir a su boda, celebrada hace más de un mes.
Lo cierto es que ya se ha demostrado que no fue así. Diego pudo ser engañado por su representante, que fue quien le aseguró que su padre había obtenido beneficio por asistir a su boda: «Soy yo el primero que no quiero ver a mi padre porque me ha hecho mucho daño. Basta ya de hacer de tus hijos un dinero. Mi hermana Laura Matamoros es la nueva Sociedad Limitada de mi padre», afirmaba con seguridad Diego el pasado martes. Además, según él, su padre debe dinero a mucha gente, y sus formas de solucionarlo son bastante cuestionables: «Debe más de un millón de euros a Hacienda; a mí, un coche; a un amigo mío, unos 14.000 euros; a mi madre, los 90.000 euros de la pensión.
A raíz de estas afirmaciones, Kiko Matamoros contestaba duramente a su hijo: «Estoy encantado de no verle, me separa una eternidad y en el espacio prefiero que cuanto más lejos, mejor». El colaborador se fue encendiendo y, sin pensarlo dos veces, le dedicó unos adjetivos no precisamente bonitos a Diego: «No voy a intercambiar una palabra con este indeseable. Si tu hermana hablara de ti, tendrías que irte del país. Mis problemas económicos son menores que los tuyos. No me haces ninguna falta. No quiero volver a saber de ti en mi vida, no te perdono lo que has hecho con tu hermana. Espero que te denuncie ella y la revista».