Doña Letizia tiene un problema. Por más empeño que pone, no consigue empatizar con una parte de la sociedad. Se trata de uno de los temas que más le preocupan. Letizia está harta de quedar como perdedora cuando la comparan con doña Sofía. Sin duda, su suegra es como una sombra que la persigue hasta atraparla. La soberana lucha por ser aceptada, se entrega a fondo en todo lo que tiene que ver con su obligación real. Sin embargo, en algún punto del trayecto, el mensaje se pierde. ¿Por qué Letizia no da la talla como reina? Desvelamos el misterio.
5El ambiente cargado de Marivent
La relación de doña Letizia con Palma de Mallorca es complicada, y no porque la isla le disguste, sino porque el ambiente en el palacio de Marivent siempre ha estado cargado. En sus primeros veranos de casada, fue testigo de las habituales discusiones entre don Juan Carlos y doña Sofía. Lo mejor hubiera sido separarse pero eso es algo vedado para ellos por motivos de religión. Los miembros de la familia real están adscritos al catolicismo prácticante desde su nacimiento.
Si a las desavenencias familiares en Marivent se une el hecho de que hay que cumplir con obligaciones, ya tenemos el coctel perfecto para que doña Letizia haya impuesto su deseo de vacaciones privadas. El veraneo real que antaño disfrutaban los reyes eméritos en Palma quedó enterrado el día en que la periodista protagonizó Princesa a la fuga, un episodio que se enmarca dentro de la mayor crisis matrimonial que los reyes han atravesado hasta el momento.