Quienes conocieron a Letizia Ortiz antes de matrimoniar con don Felipe no la reconocen. Y es que la periodista ha desarrollado una obsesión por estar siempre perfecta que la ha convertido en beauty victim. Lejos de mantenerse en un baremo de coquetería aceptable, la reina sobrepasa con creces lo recomendable. ¿Es su única manía? No, tiene otras. Te las desvelamos a continuación. Sigue leyendo.
4La obsesión de la reina
Cuando doña Letizia empezó a confiar en la medicina estética, lo hizo de forma discreta. Sin embargo, poco a poco, le ha cogido el gusto a verse perfecta y no le importa ser captada con la cara hinchada tras los tratamientos. Cada vez estas instantáneas son más habituales. Lo que significa que su ritmo de visitas al cirujano plástico ha ido en aumento.
Quienes conocen a la reina señalan que está muy pendiente de su aspecto. Al punto que no puede resistirse a pasar delante de un espejo y no mirarse. Se observa con detenimiento, y si algún componente de su look no queda como a ella le gustaría, no vuelve a ponérselo. Esto se hace extensible también al peinado y al maquillaje. En cuestión de belleza también su nivel de exigencia es altísimo.