La prensa extranjera vuelve a agitar el fantasma del divorcio sobre las cabezas de don Felipe y doña Letizia. Sin duda, el tema está de máxima actualidad desde que ocurriera el rifirrafe entre reinas en la pasada misa de Pascua en Palma. La situación no es de ciencia ficción. Hace años los reyes ya estuvieron a punto de la ruptura. ¿Está la sociedad española preparada para afrontar un divorcio real? Te damos todas las claves.
5Promesas que eran palabras vacías
Doña Sofía no es tonta. Escuchó las promesas de don Juan Carlos y supo en ese instante que se trataba de palabras vacías. En cuanto tuviera la menor ocasión, volvería a dejarse llevar por la pasión con alguna de aquellas mujeres que estaban deseosas de caer en sus brazos. Poco tiempo después, la pareja dejaría de compartir lecho conyugal y habitación. Cada uno seguiría su camino en cuanto a la parcela privada. En la institucional, estaban obligados a caminar juntos.
La muerte de Franco hizo que el rey Juan Carlos se sintiera libre para hacer y deshacer en cuanto a affaires extramatrimoniales. Fue entonces cuando dejó de tomar precauciones para no dar que hablar. Sus deslices eran conocidos. Él ni se molestaba en disimular. Mientras tanto, doña Sofía intentaba aguantar el tipo cuando a su alrededor todo eran murmuraciones sobre las andanzas de su esposo. Don Juan Carlos dio por hecho que la reina tenía que aguantar su living la vida loca con la sonrisa puesta y sin quejarse. En aquellos días, las mujeres no podían exigir respeto, ni tan siquiera lealtad, ni decoro. Todo era tragar y tragar.