La reina Letizia siempre se ha mostrado un tanto reticente a que le hagan muchas fotos. Tanto a ella como, sobre todo, a sus dos hijas, Leonor y Sofía. Para ella, todo lo que salga de un acto público es sinónimo de «privacidad», sin darse cuenta que ellas representan el futuro de la corona española. Las protege en todo momento, a veces incluso intenta que pasen desapercibidas allá por donde van. Según las niñas iban creciendo han sido cada vez menos las fotografías existentes de las dos.