Los que pensaron que la entrada en prisión de Iñaki Urdangarín iba a significar un alivio para los miembros de la Casa Real se equivocaron. La sombre del ex deportista es alargada y más que lo será gracias a la infanta Cristina, que no piensa moverse ni un milímetro de la decisión que hace mucho tomó. La misma se ha planteado en forma de ultimátum para doña Letizia, que vive días de furia al saber que su cuñada la ha puesto entre la espada y la pared. Te lo contamos todo.
6La punta del iceberg
Doña Letizia ha visto como el desencuentro con doña Sofía en Palma le ha pasado factura. Era absolutamente contraria a que doña Elena tuviera presencia institucional y ha sido restituida. Lleva varios actos a sus espaldas y eso es algo que no gusta a la Reina Letizia, que desearía que todo siguiera como cuando don Felipe la apartó del cargo. Sin embargo, el capítulo de la misa de Pascua ha mostrado que la soberana no hace más que poner palitos en las ruedas para impedir que los Reyes Eméritos se acerquen a ella y a sus hijos.
El foco de atención este verano se centrará en doña Letizia. Le toca dejarse ver por Palma y pasear a las infantas, las niñas menos fotografiadas de la realeza europea. Difícil entender el comportamiento de la Reina con Leonor y Sofía. Su máxima, controlar todos los aspectos relativos a las niñas. Algún experto en educación infantil le ha recomendado que se relaje. Ojalá lo sucedido en Palma sirva para que sea menos controladora y mandona. Sin duda, las infantas merecen un ritmo de vida más tranquilo. Tanto control y sobreprotección está desaconsejado.