A doña Sofía le llamó poderosamente la atención que su hijo ponía en el telediario de las tres de la tarde. Siempre que estaba en Zarzuela, don Felipe sintonizaba la 1 para lo que parecía era escuchar las noticias. Sin embargo, lo que realmente le interesaba era la presentadora. El príncipe movió los hilos para conocer a Letizia Ortiz. Un periodista amigo organizó una cena en su casa y allí pudo cumplir su sueño. Diecisiete meses después, la periodista lo dejó todo por la Corona. El reinado de Letizia está plagado de espinas. Las rosas abundan poco. Te contamos los motivos.
7Cambio de imagen
Durante su época de soltera, Letizia Ortiz no tuvo demasiado interés en cuestiones de belleza. Sin embargo, al convertirse en princesa le aconsejaron que ciertos cambios estéticos eran convenientes. Se trataba de hacer desaparecer la dureza de su rostro a golpe de bisturí. Su nariz prominente fue cincelada y dio paso a un apéndice más pequeño y proporcionado. También se redondeó su rostro para limar algunos ángulos demasiado marcados.
En Zarzuela eran conscientes de que doña Letizia no conseguía llegar a la sociedad y creyeron que cambiar su rostro ayudaría. Se equivocaron. Entonces aparecieron las críticas. Su estilo empezaba a recordar al de Rania de Jordania. Mientras tanto, la princesa ya se había hecho adepta a la medicina estética y visitaba con regularidad la consulta del doctor encargado de aplicarle esos cócteles de belleza que le confieren un aspecto juvenil.