Letizia Ortiz se consideraba suficientemente preparada para reinar cuando se casó con don Felipe. Fue en esa época cuando se dio de bruces con la realidad. No lo encajó bien porque le disgusta sobremanera no estar a la altura de las circunstancias. Y más entonces, que muchos en la familia la hacían de menos.
10Cuñadas incómodas
Durante el noviazgo de don Felipe y doña Letizia, la infanta Cristina fue una de las grandes aliadas de la pareja. En su casa de Barcelona pernoctó la pareja en diferentes ocasiones. Eran los días de la Operación Zilencio, destinada a que la prensa no descubriera la relación del heredero y la periodista. Especial empeño puso el príncipe en que el secreto no llegara a la prensa del corazón. En su alma guarda un cierto rencor a los que forman el colectivo de lo rosa porque les considera, en cierta medida, culpables del fracaso de lo suyo con Eva Sannum. Está convencido de que las cosas hubieran ido de otra manera de no haber salido a la palestra tanta información sobre la vida privada de la noruega.
Tanto doña Elena como doña Cristina fueron dos grandes valedoras de la relación de don Felipe y doña Letizia. Sin embargo, una vez la pareja se unió en matrimonio y nacieron sus hijas, las cosas cambiaron. La entonces princesa de Asturias empezó a mostrarse altiva con sus cuñadas. Se empeñaba en mostrarles que era ella quien mandaba mientras que Elena y Cristina eran simples secundarias en el engranaje de la Casa Real. En alguna ocasión, las infantas han manifestado en privado que a Letizia se le ha subido el título y la posición a la cabeza. Deploran que no haya seguido el ejemplo de su madre y reprueban sus ganas de sobresalir.