Máxima y Letizia son dos reinas que comparten muchas cosas.Sobre todo el final de las vidas de sus hermanas queridas. Letizia enterró a Érika poco después de empezar su relación el, por aquel entonces, Príncipe Felipe. Máxima ha sufrido el mismo dolor hace solo unos días cuando tuvo que dar sepultura a los restos mortales de su hermana, Inés.
8Un plebeyo se alza contra el Rey
Fue Roberto Martín, el hombre que se decía había devuelto la sonrisa a la hermana pequeña de doña Letizia, quien encontró su cadáver tendido en su cama y rodeado por frascos que contenían tranquilizantes. Erika recurrió a los calmantes para emprender su último viaje. A Letizia la noticia la pilló embarazada de seis meses de su segunda hija, Sofía. Aunque le insistieron que no fuera al domicilio de su hermana, desoyó los consejos y se presentó en la que fuera su casa de soltera y que cedió a Erika cuando se comprometió con don Felipe.
Mucho se habló de un incidente ocurrido durante la misa funeral ofrecida por el alma de Érika. El protagonista de la historia fue el padre de su hija, Antonio Vigo, así lo relató David Rocasolano en Adiós, princesa: “Al acercarse al ataúd, Antonio Vigo rompió a llorar ruidosamente. Un llanto desgarrador, un llanto de macho que resonaba en las bóvedas de la pequeña iglesia. El silencio en que se quedó el templo acrecentaba aún más la ferocidad de aquellos gemidos, casi gritos. Y, entonces, Antonio Vigo, el tímido, el apocado, el asustadizo, se volvió al Rey (Juan Carlos) y gritó: ‘¡Vosotros! ¡Vosotros tenéis la culpa! ¡Tú tienes la culpa, hijo de puta! ¡Vosotros la habéis matado!’” Pero la historia no acaba aquí.